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Flores dejadas en el lugar del atentado, Crocus City Hall en Krasnogorsk, a las afueras de Moscú,

Flores dejadas en el lugar del atentado, Crocus City Hall en Krasnogorsk, a las afueras de Moscú,AFP

Atentado terrorista

Rusia alimenta la teoría de la implicación de Ucrania en el atentado en Moscú que deja ya 133 muertos

El presidente ruso, Vladimir Putin, se ha dirigido, 18 horas después del ataque, a sus ciudadanos y ha señalado al país vecino como cómplice de la masacre en la sala Crocus City Hall

La información sobre el atentado terrorista de ayer contra la sala de conciertos Crocus City Hall, situado al noroeste de Moscú, sigue siendo todavía muy confusa. Los últimos datos del Comité de Investigación de Rusia elevan el número de muertos a 133 personas, y más de un centenar de heridos. Las autoridades rusas, sin embargo, advierten de que la cifra de fallecidos podría seguir aumentando. El Estado Islámico reivindicó la acción, a última hora del viernes, a través de su canal de Telegram, según informaron varias agencias de comunicación. Por ahora, los Servicios de Seguridad rusos (FSB) han detenido a once personas relacionadas con el atentado, entre ellas cuatro asaltantes directamente implicados en el tiroteo.

A pesar de que las últimas actualizaciones sobre el tiroteo llegan a cuentagotas. El Kremlin ha asegurado, esta misma mañana, que «los delincuentes tenían contactos relevantes en el lado ucraniano». Los servicios de Inteligencia rusos han explicado que los atacantes «pretendían cruzar la frontera ruso-ucraniana» y, aclaran, que «la investigación sobre el ataque terrorista continúa». El presidente ruso, Vladimir Putin, y tras más de doce horas de completo silencio ha compartido esta teoría, afirmando que los terroristas intentaron huir hacia el país vecino. Kiev salió ayer rápidamente a aclarar que no tenían nada que ver con el atentado terrorista contra el Crocus City Hall, ante las primeras acusaciones lanzadas desde Moscú.

«Desde luego, Ucrania no tiene nada que ver con el tiroteo o la explosiones en Crocus City Hall. No tiene ningún sentido», aseveró ayer el asesor de la Oficina de la Presidencia ucraniana Mijailo Podoliak, en su cuenta de X, antes Twitter. El país vecino ha querido cortar de raíz todas las especulaciones vertidas desde Moscú de una posible implicación ucraniana en el atentado terrorista, reivindicado por una rama del grupo terrorista ISIS. El asesor del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ya se adelantó anoche al relato que están empezando a elaborar desde el Kremlin.

La Legión por la Libertad de Rusia, un grupo de combatientes rusos que lucha con Kiev contra el Kremlin, negó también su implicación en la masacre. «No cabe la menor duda de que los sucesos en las afueras de Moscú contribuirán a un fuerte aumento de la propaganda militar, a la aceleración de la militarización, a una mayor movilización y, en definitiva, a la escalada de la guerra», que incluirá la «justificación de ataques genocidas contra la población civil de Ucrania», señaló Podoliak. El político ucraniano recordó, además, que varios países occidentales –Reino Unido y Estados Unidos– habían advertido a Rusia de la alta probabilidad de un atentado dentro del país por parte de grupos radicales.

La narrativa del Kremlin coincide con el cambio de terminología en lo concerniente a la invasión rusa de Ucrania. Moscú nunca se ha referido al conflicto con el país vecino como lo que es, una guerra, sino que utiliza el eufemismo «operación militar especial». Ayer, sin embargo, algo cambió en el relato del régimen ruso y el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reconoció que la ofensiva contra Ucrania «es una guerra». «Estamos en un estado de guerra. Sí. Comenzó como una operación militar especial, pero tan pronto se formó allí este grupo, cuando el Occidente colectivo se convirtió en implicado junto con Ucrania, para nosotros esto se convirtió en una guerra», aseveró Peskov. Esto aumentó el temor entre los rusos de un nueva movilización forzosa de la población.

Horas después tenía lugar el atentado terrorista. Sin información y a penas noticias de lo que estaba ocurriendo en el recinto, el expresidente ruso, Dmiti Medvédev, conocido por su tono cada vez más propagandista y belicista, se aventuró ya a apuntar como posible responsable a Ucrania. «Si se establece que se trata de terroristas del régimen de Kiev (...), serán localizados y destruidos sin piedad, como terroristas. Incluyendo los dirigentes del Estado que cometió semejante atrocidad», escribió en su cuenta de Telegram el número dos del Consejo de Seguridad ruso.

Moscú hizo oídos sordos a sonoras advertencias de Occidente. Putin, quitó importancia a los anuncios que calificó de «chantaje absoluto». Sin embargo, el pasado 7 de marzo, las embajadas de Estados Unidos y Reino Unido en Rusia lanzaron un aviso urgente e instaron a sus ciudadanos a mantenerse alejados de concentraciones masivas o grandes actos, como conciertos. Rusia se levanta hoy conmocionada tras uno de los peores atentados en dos décadas. Los moscovitas todavía pueden vislumbrar a las afueras de la ciudad una gran columna de humo, consecuencia del incendio en el Crocus City Hall. Los bomberos todavía trabajaban duramente, a primera hora de la mañana de este sábado, para sofocar las últimas llamas.

A las 20:00 de ayer, (dos horas menos en la península), un grupo de hombres armados, vestidos de camuflaje y fuertemente armados, irrumpían en la sala de conciertos del Crocus City Hall, en la ciudad de Krasnogorsk, abriendo fuego con armas automáticas contra toda persona que se encontraran en el camino. Los imágenes y vídeos dan cuenta del horror, desesperación y miedo que se vivió en la noche de ayer. Decenas de cuerpos sin vida se acumulaban en el vestíbulo del también centro comercial. Gritos de pavor y gente corriendo sin saber cómo resguardarse de los terroristas.

imagen tomada de imágenes obtenidas por AFP TV muestra a hombres armados no identificados moviéndose hacia las puertas del Ayuntamiento de Crocus en Krasnogorsk

Imágenes obtenidas por AFP TV del interior de la sala de conciertos del Crocus City HallAFP

«Oímos disparos, al principio no sabíamos qué había pasado. Luego vi a unos terroristas disparando a la gente. Lanzaron cócteles molotov y todo empezó a arder. Nos llevaron hacia una salida. La puerta de salida estaba cerrada, así que fuimos al sótano del recinto, donde esperamos a los rescatadores», explicó Vitaly, un testigo del atentado, a la cadena británica BBC. Tras los disparos, los terroristas provocaron un incendio en el interior del edificio. El centro comercial también estaba celebrando una serie de concursos infantiles, con niños procedentes de otras regiones. Por lo que entre los muertos podría haber un alto número de menores.

Tras la incertidumbre inicial, el grupo terrorista ISIS-K reivindicó el ataque en su cuenta de Telegram. En un mensaje, el grupo islamista confirmaba que «los combatientes del Estado Islámico atacaron una gran agrupación de cristianos en la ciudad de Krasnogorsk, en las afueras de la capital rusa, Moscú, y mataron e hirieron a cientos de personas y causaron una gran destrucción en el lugar antes de retirarse a sus bases de manera segura». Por su parte, Estados Unidos ha asegurado que cuenta con información de Inteligencia que confirma la reivindicación hecha por el grupo terrorista.

Rusia, ante el gran número de víctimas y heridos, ha pedido a todos los residentes de la región de Moscú que acudan a donar sangre. Los rusos han respondido ampliamente a esta llamada y más de 600 moscovitas ya se han acercado a los puntos de donación habilitados para aportar su granito de arena ante la masacre, según ha informado el Ministerio de Salud de la región. Los rescatistas han empezado a retirar los escombros, por lo que no se descarta que a medida que van pasando las horas el número de víctimas mortales aumente.

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