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21 de agosto de 2024

Ursula von der Leyen y Giorgia Meloni

Ursula von der Leyen y Giorgia Meloni, durante un encuentro del G7 en 2023AFP

Los socialistas amagan ahora con no apoyar a Von der Leyen por acercarse demasiado a Meloni

La presidenta de la Comisión defiende a la italiana mientras en la izquierda hablan de que «no hay extrema derecha buena y mala»

Los socialistas europeos son conscientes de que el 9 de junio no será un buen día para ellos. El domingo electoral esperan que los ciudadanos se decanten por una mayoría de derechas en el Parlamento, pero todavía confían en que puedan tener la llave a la hora de elegir el Ejecutivo de la Comisión Europea, como ya ocurrió hace cinco años. En 2019, los socialdemócratas apoyaron a Von der Leyen, pero en plena campaña la alemana se ha acercado bastante a Meloni buscando una alianza y esto no ha sentado bien en la izquierda.

Aunque hay que poner todo en el contexto de la campaña electoral, muchas voces en las filas socialistas amenazan con no apoyar un segundo mandato de Von der Leyen si esta sigue acercándose a lo que ellos consideran la «extrema derecha». Por mucho que Meloni departa tranquilamente en las reuniones del Consejo Europeo con líderes de izquierda y derecha, tiene puesta la cruz y ni Scholz ni Macron quieren que el Gobierno de Bruselas dependa de ella. Por eso el canciller alemán ve solo una manera «basada en los partidos tradicionales» de conseguir la Comisión Europea y presidente francés ya busca en la figura de Mario Draghi un posible sustituto a Von der Leyen.

«No trabajaremos con la extrema derecha». Esa es la consigna que suena en las filas socialistas tanto en España como en el resto de la Unión. Y así de contundente se mostraba la candidata del SPD alemán, Katarina Barley, dejando claro que, si Von der Leyen se seguía acercando a la primer ministro italiana, recibirá el rechazo de la izquierda en una investidura.

La relación entre la presidenta de la Comisión Europea y Meloni no es que haya cambiado. Ha sido buena desde el primer momento, pero no ha sido noticia hasta que ha llegado la hora de votar y los socialistas han optado por la estrategia de marcar distancias con la derecha. Más aún cuando en el último debate de candidatos, mientras el candidato socialista tachaba de «antidemócrata» al grupo de la italiana, Von der Leyen salió en su defensa asegurando que era «proeuropea» y que quería mantener una «cooperación positiva» con ella. Muy lejos de las pretensiones de los que hasta ahora habían sido sus socios.

Otra de las consignas que se repiten en el partido es que no hay «extrema derecha buena y mala», en clara alusión a la italiana. El candidato Nicolas Schmit se encarga de recordarla cada vez que puede, al igual que la vicepresidenta Teresa Ribera, que le achacaba recientemente a Feijóo que no aclarara si pactaría o no con Meloni llegado el momento. Sin embargo, ella misma reconocía que en una entrevista en El Correo que estaba abierta a posibles pactos con ECR –el grupo de la italiana y de Vox– dependiendo «de la aritmética».

A falta de poco menos de dos semanas para votar, los sondeos apuntan a que Von der Leyen no tendría por qué necesitar a los socialdemócratas para gobernar, ya que podría apoyar su presidencia en la derecha. Pero también podría optar por repetir la fórmula de hace cinco años, junto a los socialistas y los liberales, así que habrá que esperar hasta pasado el 9 de junio para saber qué opción prefiere el Partido Popular Europeo.

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