Una vista del Capitolio de Estados Unidos desde lo alto del Monumento a Washington el día de la inauguración del mandato presidencial de Donald Trump
Cancelan el tradicional desfile a la Casa Blanca, pero no impide que los seguidores de Trump celebren su regreso
La Avenida Pensilvania en Washington D.C. es famosa por conectar el Capitolio con la Casa Blanca y ser el primer recorrido de los presidentes estadounidenses tras jurar el cargo, pero esta vez no fue el caso
La tradición de las inauguraciones presidenciales de Estados Unidos marca que una vez juramentado, el nuevo presidente abandona el Capitolio y desfila hacia la Casa Blanca a través de la Avenida Pensilvania, que conecta los dos edificios más importantes del país, pero esta vez no fue así y miles de seguidores del presidente Donald Trump, tras largas horas de espera, no pudieron verle.
El primer presidente de los Estados Unidos en hacer este recorrido a pie fue Jimmy Carter en 1977, cuando se bajó de la limusina presidencial para mostrar cercanía con la gente, en una época de fuerte descrédito hacia los políticos por el escándalo del Watergate que forzó la renuncia de Richard Nixon en 1974.
Este año, la ola de frío también afectó a esta tradición, puesto que tras jurar el cargo para un segundo mandato, Trump se dirigió al estadio Capital One de Washington D.C. para dirigirse a los miles de invitados que no pudieron ser acomodados dentro del Capitolio.
Muchos de los que no alcanzaron tampoco en el mayor estadio de la capital estadounidense, guardaban la esperanza de que en algún momento el presidente y la primera dama transitaran la Avenida Pensilvania, preparada con un dispositivo de seguridad que poco después de las 17:00 horas fue levantado.
Sin embargo, nada de estos cambios y dificultades, quitaron el entusiasmo y la alegría de los seguidores de Trump, que se trasladaron desde varios estados del país. El Debate tuvo oportunidad de entrevistar a estadounidenses de origen hispano provenientes de California, Nueva York y Florida.
