¿Qué hay detrás del auge de Alternativa para Alemania (AfD)?
Olaf Scholz y su Gobierno semáforo han perdido el tiempo, en cuanto a defensa, en cuanto a geopolítica y en cuanto a estatus internacional. Dejando que Francia les haya tomado la delantera

Los miembros del partido Alternativa para Alemania (AfD), en su sede en Berlín
No hay ninguna sorpresa en cuanto al futuro Gobierno de Alemania. Como el Parlamento Federal requiere alcanzar una mayoría de 316 escaños (tal como ha quedado finalmente la distribución de parlamentarios), basta una alianza entre el Centro Democristiano (CDU/CSU) y los socialistas (SPD) para llegar sobradamente a formar el próximo Gobierno alemán. Así será.
Se piensa hoy en Berlín que ahora todo tiene que ir muy rápido, incluso dicen: «Los tiempos exigen prioridades claras, para ello bastan tres hojas DIN A4» para cerrar Gobierno y prescindir de los rituales de formación de la coalición que se han ido consolidando en los últimos veinte años.
El gran ganador (CDU /CSU) uniría sus fuerzas con el gran perdedor (SPD). Son innecesarias, por tanto, las negociaciones de meses sobre puntos y comas.
Pero el otro gran ganador de las elecciones es Alternativa para Alemania (AfD) y, a pesar de haber quedado fuera, sigue celebrando su triunfo. Hoy son la segunda fuerza y se convertirán en la principal opositor al futuro Gobierno.El liderazgo de Alice Weidel y Tino Chrupalla ha sido confirmado en su grupo parlamentario que se reunieron este martes por la mañana donde han sido elegidos para encabezar el grupo parlamentario. Ellos han duplicado su representación en el Bundestag. En la votación de su grupo, Weidel y Chrupalla obtuvieron 135 de los 144 votos emitidos. Hubo siete votos en contra y dos abstenciones. El grupo de AfD ahora cuenta con 152 diputados, frente a los 77 de la legislatura que está a punto de terminar.
AfD se ha convertido en el partido de los trabajadores alemanes, de las clases medias y de buena parte de los parados. Ha sido el partido más votado en la mayoría de los estados federados de lo que fue la antigua República Democrática Alemana (RDA) y en algunas de estas zonas ha obtenido un triunfo arrollador.
AfD es el partido que ha votado una parte importante de los jóvenes y de aquellos que votaban por primera vez.
Es interesante que el voto de los jóvenes ha ido a los extremos, un número importante de jóvenes ha votado a la AfD, otra mitad ha votado a los partidos de extrema izquierda lo que ha facilitado el triunfo relativo de Die Linke (La Izquierda) aunque no ha permitido entrar, por los pelos, a Sahra Wagenknecht (BSW) en el Parlamento.
¿Por qué AfD se ha convertido en el gran partido de los trabajadores y de una clase media que ha perdido poder adquisitivo? ¿Por qué mucho votantes socialistas y de izquierda han pasado a votar a AfD?
Sin duda, el empobrecimiento, la deuda y el déficit asolan Alemania desde hace exactamente tres años, coincidiendo con la invasión rusa de Ucrania. Alemania en ese momento gozaba de una apacible y comercialmente ventajosa relación con Moscú. Compartían un gaseoducto, el Nord Stream 1, y estaban cerca de concluir las obras y las licitaciones de un segundo gaseoducto, el Nord Stream 2, cuyo proyecto estaba siendo acometido por las dos naciones.
El petróleo de Rusia a Alemania fluía a muy buenos precios. La comunicación Berlín–Moscú era extraordinaria desde tiempos del canciller socialista Gerhard Schröder, una buena relación que Angela Merkel había mantenido también hasta el final de su mandato. Algo que era muy bueno para el crecimiento de la economía alemana y que le permitía ser «la locomotora de Europa». Esto cambió el 24 de febrero de febrero de 2022.
El canciller Olaf Scholz cambió la política exterior de Alemania a partir de ese momento, sin embargo, ha sido un «quiero y no puedo». Para todos, Scholz «ha perdido el tiempo». Scholz ha sido inconsistente en todo lo que ha emprendido y su Gobierno tricolor (rojo-amarillo-verde) progresista no le ha ayudado apenas, al contrario, y sobre todo por el lado verde que con sus imposiciones ecológicas y climáticas han empobrecido a la gente.
Todo esto ya se nota en la calle desde hace mucho tiempo. Muchos alemanes, trabajadores de clase media, han viso como en meses su poder adquisitivo bajaba considerablemente, los jóvenes han perdido su capacidad de independizarse y subsistir. Quienes tienen una buena o muy buena preparación han visto que sus méritos no les ofrecen una salida digna.
Las políticas ideológicas de los Verdes y el cierre de centrales nucleares limita las posibilidades energéticas de Alemania. La fuerte presión fiscal del lado socialista, para gastarlo en acoger asilados e inmigrantes sin un mínimo rigor, o generar grupos sociales que solo viven de los subsidios, son las razones que han llevado al hartazgo a una amplia clase media que comprueba no poder llegar a fin de mes.
Las políticas ideológicas de los Verdes y el cierre de centrales nucleares, limita las posibilidades energéticas de Alemania
De otro lado, los ciudadanos alemanes han visto con Scholz cómo su capacidad defensiva y su seguridad interior y exterior estaba prácticamente desmantela. Teniendo una guerra tan cerca (Ucrania) y al posible enemigo encima (Rusia), los alemanes respiran un cierto aire prebélico y les aterra comprobar que el gasto en defensa, su industria militar y su capacidad de respuesta es muy baja.
Según ellos, Scholz y su Gobierno han perdido el tiempo, en cuanto a defensa, en cuanto a geopolítica y en cuanto a estatus internacional. Dejando que Francia les haya tomado la delantera. Han perdido el liderazgo de Europa y, además, han dejado decaer la economía en una recesión imparable. Por eso AfD les ofrece esperanza y un cambio radical que les dé capacidad de recobrar una dignidad que sienten haber perdido.