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Un soldado ucraniano en el frente de guerra

Un soldado ucraniano en el frente de guerra@ZelenskyyUa

Estados Unidos y Ucrania ponen las cartas sobre la mesa en Arabia Saudí para lograr una tregua parcial con Rusia

Kiev propondrá un alto el fuego por mar y aire, como ya adelantó la semana pasada el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski

Estados Unidos y Ucrania se sientan cara a cara en torno a una mesa de negociaciones este martes, tan solo doce días después del enfrentamiento público entre sus presidentes, Donald Trump y Volodimir Zelenski. Desde entonces, parece que al menos el ucraniano ha adoptado una postura conciliadora, asegurando que, en todo momento, ha sido el primer interesado en llegar a un acuerdo de paz para poner fin a la invasión rusa que el pasado mes de febrero entró en su cuarto año. Con ese objetivo, se dan cita las delegaciones ucranianas y estadounidense en la ciudad costera de Yeda, en Arabia Saudí.

Zelenski abrió la puerta, la semana pasada, a aceptar un alto el fuego parcial con Rusia «por mar y aire». «Una tregua en el cielo, en el mar y en la infraestructura energética es probar si Vladimir Putin tiene una buena intención para sellar una tregua», declaró el mandatario ucraniano. Esta será la base de la propuesta que la delegación ucraniana, liderada por el jefe de la Administración presidencial, Andrii Yermak, junto al canciller, Andrii Sybiga; el ministro de Defensa, Rustem Umerov y el adjunto al jefe del gabinete del presidente, Pavlo Palissa, presentará a su contraparte estadounidense.

En este sentido, según adelantó el diario Financial Times y luego confirmó la agencia de noticias AFP, la tregua que ofrece Ucrania comenzaría con el cese de los ataques aéreos, las operaciones en el mar y los ataques contra la energía y otras infraestructuras civiles. En un segundo paso, se procedería al intercambio de prisioneros y la devolución de los niños ucranianos secuestrados por las autoridades rusas. Unas medidas destinadas, principalmente, a fomentar la confianza entre ambas partes.

Por su parte, Trump sorprendió una vez más con un giro de guion el pasado viernes al amenazar a Rusia con imponer sanciones y aranceles, incluido en el sector bancario, si no se sienta de una vez por todas a negociar. Hasta ahora, el presidente de Estados Unidos solo había presionado a una parte, al país invadido. Desde el encontronazo con Zelenski en el Despacho Oval, Trump decidió cortar el envío de ayuda militar a Kiev y, días después, anunció la suspensión del intercambio de información de Inteligencia. Una decisión que ha producido efectos negativos inmediatos en el campo de batalla.

Las tropas del Kremlin han aprovechado la ceguera de los soldados ucranianos para intensificar su contraofensiva en la región rusa de Kursk, bajo control parcial ucraniano desde agosto de 2024. Solo durante este fin de semana, dos días después de que Washington cortara el flujo de Inteligencia con Kiev, las autoridades rusas se adjudicaron la reconquista de cuatro localidades de Kursk. Además, las fuerzas rusas están tratando de consolidar su control en la región fronteriza de Sumi. A pesar de todo, Trump, en declaraciones a periodistas este domingo, anunció que «casi» se ha levantado el veto. «Estamos a punto de hacerlo», confesó el mandatario republicano.

El espectáculo en la Casa Blanca también impidió que los presidentes rubricaran su firma en un acuerdo que permitía a Estados Unidos explotar las tierras raras ucranianas, como base de unas futuras negociaciones de paz. Este martes, las delegaciones de ambos países citadas en Arabia Saudí buscan rescatar este acuerdo tan beneficioso para Washington y que Kiev quiere interpretar como una garantía de seguridad. Pero no solo, Ucrania ya tiene su propia hoja de ruta para conseguir poner fin a la invasión.

Asimismo, y según adelantó la revista británica The Economist, Kiev presentará sus líneas rojas como que se limite su capacidad para rearmarse, reconocer los territorios ocupados por Rusia o que se interfiera en la política interna ucraniana. Con este escenario, Zelenski aterrizó en Arabia Saudí en la tarde del lunes para mantener un encuentro con el príncipe heredero y hombre fuerte del país, Mohamed bin Salman, quien se ha erigido como un mediador en el conflicto. Sin ir más lejos, el año pasado, Arabia Saudí desempeñó un papel fundamental en un complejo canje de prisioneros entre Estados Unidos y Rusia.

En el caso estadounidense, Trump decidió repetir con los mismos responsables que se reunieron con la delegación rusa el pasado mes de febrero en Riad, entre los que destaca el secretario de Estado, Marco Rubio; y el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz. A estos se unirá también el enviado especial estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, quien aseguró que este encuentro debería «definir un marco para un acuerdo de paz y un alto al fuego inicial» entre Rusia y Ucrania.

Europa, relegada a ser un mero espectador de un proceso que reconfigurará la arquitectura de seguridad del Viejo Continente, trata de presentar su propio plan para Ucrania. Este martes, los jefes del Estado Mayor europeos están invitados a una nueva cumbre en París para debatir un posible despliegue de fuerzas de paz en caso de que se consiga un alto el fuego. Por su parte, Reino Unido organizará este sábado una reunión virtual con países dispuestos a respaldar la tregua en Ucrania. Según un portavoz de Downing Street, hasta una veintena de países están dispuestos a contribuir a una «coalición de voluntarios».

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