Inseguridad laboral
La foto de la vergüenza: así tiene que cargar sus coches eléctricos la Policía
Pese a que se los prometieron hace más de un año, los cuarteles de la Guardia Civil y las comisarías de Policía siguen sin cargadores para sus coches eléctricos, lo que les obliga a realizar estas chapuzas
En los últimos dos años el ministerio del Interior ha renovado buena parte del parque móvil de las fuerzas de seguridad, vehículos patrulla de última generación que han sido financiados en gran parte por los fondos europeos Next Generation.
Tal y como han denunciado en numerosas ocasiones entidades policiales como la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) y más recientemente la Confederación Española de Policías (CEP), los coches nuevos, en su gran mayoría electrificados, no les sirven para su trabajo.
No tienen donde cargarlos
Se trata de una renovación, normalmente bajo formato de renting, que ha afectado a miles de coches patrulla que resultan inservibles por una sencilla razón: los vehículos son eléctricos y los agentes no tienen dónde cargarlos.
La mayor parte de las flotas han sido de vehículos completamente eléctricos e híbridos enchufables, un disparate si tenemos en cuenta que los planes de electrificación de los cuarteles de la Guardia Civil y de las Comisarías de la Policía Nacional son inexistentes.
Un disparate
Se trata de vehículos excelentes en calidad y funcionamiento pero que no sirven para labores de patrulla por motivos obvios. En el caso de los vehículos 100 % eléctricos, la baja autonomía en persecución les obliga a estar más tiempo cargando que en funcionamiento, mientras que los híbridos enchufables acaban funcionando todo el día en gasolina, con un consumo disparatado, pues nadie se encarga de cargarlos.
Los mandos proporcionan a los agentes tarjetas de recarga para ‘repostar’ las baterías en cargadores públicos, pero los agentes no pueden estar pendientes de buscar uno que funcione y esperar horas a que recarguen.
Chapuzas peligrosas
La situación se complica aún más porque en algunos casos los agentes tratan de improvisar soluciones para cargarlos, unos remedios que en algunos casos son rocambolescos.
De hecho, fuentes policiales consultadas por El Debate nos confirman que los mandos les han prohibido recargarlos en lugares no apropiados, para evitar fotos como la tomada en la comisaría de Leganitos, en Madrid.
En ese caso, los agentes tiraron un cable por la ventana y cortaron la acera con una valla para no molestar a los peatones con el cable.
Hay que tener en cuenta que enchufar un coche eléctrico o híbrido a un enchufe convencional es un riesgo importante, pues la instalación no está preparada para tanta demanda de energía y puede salir ardiendo.
Se trata de un problema que denuncian desde CEP y que ya ha puesto en manos de riesgos laborales, solicitando la instalación de puntos de carga en las comisarías.
Situación muy similar a la que se vive a diario en los cuarteles de la Guardia Civil, donde los agentes se ven obligados a tira cables por las ventanas para recargar los vehículos patrulla.