Práctico
La carretera en la que la DGT ha subido el límite de velocidad 20 km/h para evitar una masacre de multas
En España los límites de velocidad en algunos tramos como las travesías son relativamente bajos, lo que provoca verdaderas escabechinas de sanciones
De un tiempo a esta parte, la carretera A-8, conocida popularmente como Autovía del Cantábrico, se ha hecho muy popular por diversas actuaciones que ha llevado a cabo la DGT. Entre ellas, la instalación de un nuevo control de velocidad que promete estar entre los más modernos de España.
Nos referimos a una carretera de 467 kilómetros de longitud que une el País Vasco con Galicia pasando por Cantabria y el Principado de Asturias, una obra clave para asegurar la movilidad dentro de la cornisa cantábrica.
Movilidad asegurada
Se trata de una carretera muy peculiar. Transcurre por zonas en donde las lluvias son habituales y, además, se encuentra próxima al mar, con lo que ello implica en materia de humedad. En ella se han llevado a cabo experiencias piloto para reducir la siniestralidad, como puede ser el uso de asfaltos especiales drenantes y con un plus de agarre para los coches.
Este tipo de pavimentos son eficaces pero penalizan ligeramente la comodidad por el exceso de ruido que generan en los coches.
El superradar
Otra de las acciones más recientes puestas en marcha por la DGT es el despliegue de un radar de tramo de seis kilómetros en la zona conocida como Salta Caballo, un radar de tramo que empezará a funcionar en cuestión de días, aunque las multas no serán válidas hasta seis meses después, cuando pase el período de pruebas.
Curiosamente, la DGT ha decidido subir la velocidad máxima en el tramo afectado por el radar, que pasará de 80 km/h a 100 km/h. Nos referimos al tramo de seis kilómetros de la A-8 comprendido entre el viaducto de Ontón y Castro Urdiales (Cantabria).
Una escabechina
80 kilómetros/hora de velocidad media en una autopista como esta es una cifra anormalmente baja, lo que podría haber provocado una verdadera escabechina entre los conductores por simple descuido, no por un exceso real de velocidad.
Recordemos que este tipo de radares de tramo controlan la matrícula de los coches a la entrada y la salida y la hora, datos con los que obtienen la media de velocidad.