Bruselas podría mandar al desguace a millones de coches diésel en toda Europa de la noche a la mañana

Casi una década después de producirse el fraude del dieselgate las emisiones vuelven a la actualidad por las consecuencias que podrían tener los procedimientos legales abiertos entonces al respecto en toda Europa.

Este escándalo de emisiones que en el 2015 protagonizó el Grupo Volkswagen en Alemania y que posteriormente salpicaría a otros marcas alemanas como Mercedes o BMW podría traer ahora como consecuencia la prohibición de usar miles de coches diésel en toda Europa.

Millones de coches

Volker Wissing, ministro de Transportes alemán, dio la voz de alarma mediante una carta a la presidenta del Parlamento europeo Úrsula von der Leyen en la que advertía de que si no existe un cambio de posición en Europa hasta ocho millones de vehículos con motores diésel en Alemanía podrían acabar en el desguace a causa del cambio de legislación que se llevó a cabo en su momento en su materia de emisiones.

Entonces y para evitar nuevas estafas similares la UE cambió la normativa de homologación de vehículos, una normativa que en caso de aplicarse al pie de la letra va a impedir que muchos vehículos superen las inspecciones técnicas en sus países, y sin posible reparación a un precio razonable, lo que podría dar con ellos en el desguace.

Sin reparación

Hace ya meses que en España por ejemplo la prueba de emisiones se ha vuelto mucho más rígida, pues ahora se verifican los consumos y las emisiones acumuladas en los coches a través del puerto OBD, que da acceso directo a la centralita del vehículo, donde quedan almacenados datos con los fallos técnicos y averías que puede tener y los consumos acumulados y las emisiones.

En este caso se exige que los vehículos cumplan con las emisiones homologadas por los fabricantes en el momento del lanzamiento de los vehículos al mercado, algo muy complicado si tenemos en cuenta que entonces aquellas fichas técnicas estaban falseadas.

Pagan los compradores

Esto provocaría que miles de compradores que en su día adquirieron de buena fe un coche con problemas de emisiones que desconocían pueden pagar ahora el pato a través de las citadas limitaciones, pues van a tener problemas cuando vayan a pasar las inspecciones técnicas en sus respectivos país.

Incluso cabe la posibilidad de que alguna de las sentencias judiciales que pueden ver la luz en Alemania o algún otro de los países afectados obligue a la paralización de estos vehículos.

Tal y como informa la web Diariomotor, el problema ahora es que la pelota ya no estaría en el tejado de Bruselas, sino que van a ser los tribunales de justicia los que finalmente dicten sentencia sobre estos automóviles que por el momento han vivido años en un limbo legal.