¿Por qué los faros modernos de los coches de lujo ciegan y molestan a otros conductores?

Junto a la conducción autónoma la llegada de los nuevos faros inteligentes ha sido uno de los mayores avances que ha registrado el automóvil la ultima década. Atrás quedan los sencillos faros compuestos por una tulipa y una luz halógena, que en su momento fueron sustituidos por las lámparas de xenón y más recientemente por los led.

Los faros actuales se componen por decenas de led que iluminan determinadas partes de la carretera de forma selectiva en función de las circunstancias, es por ello que se denominan inteligentes.

Varían su forma

Los faros disponen de una centralita que gracias a la información que recibe de las decenas de cámaras y sensores de los que disponen los coches, adapta la forma del haz de luz para concentrarla en los puntos en los que no molestamos a otros coches y casi anularla en el resto.

Se denominan faros matriciales y a día de hoy los montan la mayor parte de los coches de gama alta y media del mercado.

Así, el conductor sólo debe encenderlos y puede olvidarse de ellos ni de poner las largas y apagarlas, pues el funcionamiento es automático y en teoría no existe riesgo de deslumbrar a otros conductores.

¿No deslumbran?

Pero tal y como denuncian asociaciones de conductores, esto dista mucho de la realidad, pues cada vez más conductores se quejan de deslumbramientos de faros.

Un estudio del RAC británico, la asociación de conductores más famosa del país, indica que hasta un 91 % de los conductores ha sido deslumbrado por faros de estas características y el 85 % los califica como peligrosos.

Es cierto que este tipo de faros es lo más parecido a ver durante el día, pues se trata de una luz blanca y muy potente, pero presenta una serie de problemas funcionales importantes.

Los problemas desconocidos

Por un lado son seis veces más potentes que las lámparas halógenas tradicionales, pues tienen una potencia de hasta 6.000 lúmenes frente a los 1.000 de las antiguas, esto significa que los deslumbramientos son mucho más graves. Se trata además de una luz mucho más blanca y molesta para el ojo humano.

Por si esto fuera poco el sistema automático que modifica el haz es rápido pero a veces tarda unas décimas de segundo más de lo previsto, lo que hace que no le dé tiempo literal a no deslumbrar.

Problemas difíciles de solucionar para una tecnología que cuesta miles de euros por coche y que en muchos casos se monta a bordo de vehículos tipo SUV, que al ser más altos deslumbran además con más facilidad.