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30 de septiembre de 2024

Gerardo Cuadra

Gerardo CuadraJesús Rocandio (Casa de la imagen)

P. Gerardo Cuadra (1926-2024)

El arquitecto de La Rioja contemporánea

Construyó y restauró diversos edificios religiosos y civiles, compaginando su trabajo con el sacerdocio

Gerardo Cuadra Rodríguez

Nació el 6 de diciembre de 1926 en Logroño, ciudad en la que falleció el 16 de septiembre de 2024

Arquitecto desde 1952, su vocación sacerdotal surgió pocos años después, siendo ordenado el 30 de septiembre de 1962 y completando su formación religiosa en la Pontificia Universidad Gregoriana en 1966. En 2004 recibió el Premio a las Bellas Artes de La Rioja.

La obra de Gerardo Cuadra en los años 60, explica a El Debate el arquitecto José Miguel León, su alumno y amigo durante 58 años, «supuso la incorporación de la ‘modernidad arquitectónica'» al panorama construido en La Rioja». «En ella», prosigue León, «se reconocen las influencias de los arquitectos Alvar Aalto (en su querencia por el mundo orgánico y de la naturaleza), de Le Corbusier (por su radical racionalismo y su potente calidad expresiva, manifestada en el uso del hormigón visto y el empleo de la iluminación cenital) y de la corriente del Regionalismo crítico italiano (por su cualidad en integrar todas esas influencias en su particular diseño)».

Una obra y un estilo propios plasmados en edificios religiosos y civiles, como la Iglesia de Santiago en Clavijo, la Torre de la Iglesia de San Martín en Camprovín, el Hogar Sacerdotal de Logroño, en la Biblioteca de la Universidad de La Rioja y en numerosas viviendas unifamiliares o conjuntos de viviendas. Cuadra realizó, asimismo, intervenciones en el Monasterio de Valvanera y en el claustro de Santa María de Palacio en la capital riojana.

Estas últimas operaciones no fueron siempre bien entendidas por un sector de la feligresía. Él mismo recordaba cómo algunos de ellos llegaron a rezar por su conversión: ignoraban que compaginaba la arquitectura con el sacerdocio, habiendo recibido la ordenación allá por 1962. Sin ir más lejos, el diario La Rioja señalaba en su obituario que Cuadra no llegó a leer su tesis doctoral, si bien transformó el trabajo en un ensayo titulado La experiencia artística y estética y su relación con la mística.

La vertiente estética del ideario arquitectónico de Cuadra otorgaba especial importancia a una correcta integración de la construcción en su paisaje o entorno. Según León, «en la obra de Gerardo encontramos su ‘atención al lugar’, tanto en lo urbano, como especialmente en el mundo rural o vinculado al paisaje, integrándose en éste a través de tomar prestados del lugar materiales tradicionales, muros de piedra, cubiertas de teja, etc. y que utiliza bajo su moderna mirada».

Lo mismo se puede decir de su esmero en el tratamiento de los materiales. Para León, se percibe en el «aprovechamiento de texturas (muros de ladrillo que parecen tapices, pilares, y otros elementos constructivos realizados en hormigón visto), su habilidad en la composición de formas y volúmenes (en los que descompone funcionalmente muchos de sus edificios), en sus propuestas a hora de intervenir en edificios históricos (con los que establece un sincero diálogo entre su lenguaje contemporáneo y la histórica personalidad de los templos sobre los que actúa), y sobre todo el uso de la luz, siempre que puede a través de potentes lucernarios con los que sugiere una fusión entre la luz y ‘la iluminación’».

Un inmenso legado que hunde sus raíces en unos estudios de Arquitectura realizados en Madrid –los finalizó en 1952-, donde tuvo como profesor a Francisco Javier Sáenz de Oiza, de quien fue discípulo confeso. De vuelta a su tierra natal, Cuadra, al margen de su obra y de su compromiso religioso -que se extendía a su estrecha colaboración con la Comunidad Cristiana de la Esperanza–, también desempeñó en más de una ocasión las funciones de Decano del Colegio de Arquitectos de La Rioja. No era para menos.

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