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Federico Mayor Zaragoza

Federico Mayor ZaragozaGTRES

Federico Mayor Zaragoza (1934-2024)

El camaleón de referencia de la política española

Un antiguo superior suyo me decía en su día que Federico Mayor Zaragoza no tenía más que una ideología: el federiquismo

Federico Mayor Zaragoza
Nació el 27 de enero de 1934 en Barcelona y ha fallecido el 19 de diciembre de 2024 en Madrid

Federico Mayor Zaragoza

Farmacéutico, profesor y político

Se doctoró en Farmacia en la Universidad Complutense y ganó la cátedra de Bioquímica en la Universidad de Granada en 1963, de la que sería rector. Fue subsecretario de Educación en el Gobierno de Arias Navarro y ministro de Educación y Ciencia con Leopoldo Calvo-Sotelo. Fue director general de la Unesco entre 1987 y 1999. Acabó alineado con la izquierda pidiendo el voto para Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011 y la libertad para los presos de ETA en 2013.

Federico Mayor Zaragoza ha sido el camaleón de referencia de la política española. Pasó de ser un exaltado falangista a defender la reagrupación de los presos de ETA. Y consiguió que se le permitiera lavar su currículo en los medios de izquierda en los que se volvió una referencia imprescindible. Incluso en la Wikipedia donde no hay rastro de que el generalísimo Franco, a propuesta del ministro José Solís Ruiz, le otorgara la Gran Cruz de Cisneros. Esta orden fue creada por decreto del 8 de marzo de 1944, para premiar los destacados servicios de quienes demostraron un alto espíritu de entrega en las tareas de engrandecimiento de la Patria durante la dictadura. Y Mayor Zaragoza la mereció.

Tener cuajo para hacer el recorrido político que ha hecho Mayor Zaragoza solo es posible con una amoralidad absoluta. Pero algunos le vieron venir hace mucho. Recuerdo bien cómo en 1987, cuando era candidato a la dirección general de la Unesco, uno de sus avalistas, monseñor Federico Sopeña —que no era exactamente un cura retrógrado—, ya me advirtió de las tardes de gloria que habría de proporcionarnos don Federico Mayor.

Quienes hogaño le ha jaleado desde la izquierda prefieren ignorar cómo fue elegido rector de la Universidad de Granada. El ministro Villar Palasí quiso hacer un gesto aperturista, permitiendo al claustro de Granada votar su rector y comprometiéndose a designar al más votado. Mayor quedó el tercero. Pero acompañado por su padre —Federico Mayor Domingo, titular de una concesión de Franco para fabricar antibióticos— vino a Madrid a ver al ministro y denunciar a los dos primeros por comunistas. Fue designado él y posteriormente fue nombrado procurador en las cortes franquistas. Llevado por su entusiasmo falangista, Cruz Martínez Esteruelas lo designó subsecretario de Educación. Desde ese cargo Mayor cerró durante un año —curso 1974—75– la Universidad de Valladolid, en la que el rector había sido alcanzado por el huevo arrojado por un manifestante. Era tan exaltado su falangismo que cuando el 12 de diciembre de 1975 fue nombrado ministro de Educación y Ciencia, Carlos Robles Piquer, estimó oportuno relevar a Mayor Zaragoza para probar la voluntad de democratizar la Administración. Eso sí, Robles Piquer no tuvo mejor idea que mandarlo a la Comisión Nacional de la Unesco en Madrid desde donde él haría gran carrera: ministro con UCD, director general de la Unesco, eurodiputado con el CDS, cabeza de todo manifiesto antisistema... Por algo un antiguo superior suyo me decía en su día que Federico Mayor Zaragoza no tenía más que una ideología: el federiquismo.

Mas para ensalzar el federiquismo, Mayor Zaragoza tenía que lavar sus faltas. Es decir, su franquismo exaltado. Y él creyó que el Jordán purificador de todos sus pecados falangistas era el de la mucha sangre que ha corrido a causa de las balas de ETA. Que en 2013 apoyara una manifestación en Bilbao pidiendo la libertad de los asesinos de veintidós niños demostró la catadura moral de quien tenía perendengues para presidir un chiringuito que responde al nombre de «Fundación para la Cultura de Paz». Una fundación que durante los últimos años apoyaba a todo dictador habido y por haber. Lo del exaltado pasado falangista es una losa de la que es muy difícil librarse. Y si para intentarlo hay que alinearse con los comunistas de todos los partidos, Putin incluido, allí estaba don Federico Mayor Zaragoza encabezando la manifestación «por la paz». No podía fallar.

Sí, don Federico. La paz de los cementerios que han contribuido a llenar aquellos cuya liberta usted se permitió reclamar. Que Dios le perdone.

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