Patxi Quemasdará
El portavoz parlamentario tiene en su mano acabar con las especulaciones separando las manzanas podridas del cesto y no dando largas cuando se le pregunta con aquello de «qué más os dará»
Francisco Javier López Álvarez, conocido en los ambientes políticos como Patxi López, es un producto pata negra del sanchismo. Con menos lecturas que su escudero en el Congreso, Rafael Simancas, reúne en su biografía todas las taras de la carta fundacional del régimen: malas artes personales, un concepto totalitario del ejercicio público, escasa hoja de servicios al margen del presupuesto estatal, ingratitud política, sectarismo partidista, equidistancia con los asesinos y, en las últimas horas, ha sumado una tara más. A preguntas de Susana Grisso sobre los compañeros (a los que él pastorea en el Parlamento) que participaron en las bacanales de Tito Berni, Patxi contestó «qué más dará», frase medular que resume el actual socialismo, una ideología líquida en la que da igual Juana que su hermana, ocho que ochenta, víctimas que asesinos u honestidad que corrupción.
Este apparatchik socialista, que desde los 28 vive de sueldos públicos puesto que sus estudios de perito industrial no dieron fruto, sabe mucho de ese relativismo moral según el cual el fin justifica los medios. El fin de López, que escondió su apellido en la campaña vasca de 2012 porque no pasaba la criba del racista Sabino Arana, ha sido siempre medrar y al servicio de ese objetivo ha puesto todo lo que ha encontrado a su paso. Desde su teoría del apaciguamiento con ETA y su utilización de los votos del PP para ser lendakari hasta su falta de altura institucional con el Rey Felipe durante sus años de presidente de las Cortes. Y quien hace un cesto hace ciento. Lo que era bueno para Patxi es hoy bueno para Sánchez. Convertido en su chico de los recados en el Congreso, el socialista vasco tiene ahora una patata caliente entre los dedos, el caso Tito Berni, que puede amargarle al jefe sus últimos meses en Moncloa. Le quema tanto el escándalo que despacha a los periodistas que le preguntan con una chulería impropia de un representante público.
Estoy de acuerdo con que los parlamentarios del PSOE que están viendo sus nombres en las redes sin ni una sola prueba vayan a la justicia y denuncien para defender su honor. No todo vale. Pero el portavoz parlamentario tiene en su mano acabar con las especulaciones separando las manzanas podridas del cesto y no dando largas cuando se le pregunta con aquello de «qué más os dará». Mientras tanto anda Patxi llama que te llama a sus diputados por saber si también disfrutaban de burdeles y coca cuando se apagaban las luces en el hemiciclo. Pero esa investigación de Anacleto agente secreto tiene una pregunta que no ha sido respondida: ¿por qué Pedro y Patxi supieron antes que nadie que se investigaba el Caso Mediador y que contaba con un despliegue de vídeos y fotos a disposición de la jueza? ¿Fue Marlaska el informante? ¿Era legal que lo supiera el Gobierno antes que los propios imputados?
Ya sé que López me va a contestar aquello de «qué más dará». Pero da y mucho porque estaríamos hablando de revelación de secretos o tráfico de influencias. Al ínclito portavoz ya le caló la madre de Joseba Pagazaurtundúa cuando le espetó: «Patxi, dirás y harás cosas que me helarán la sangre». Y así fue, pasó de portar el ataúd de su compañero Isaías Carrasco a irse de chiquitos con Otegui y su panda. Fue la antesala para que Sánchez le nombrara tercera autoridad del Estado.
Cuando en las primarias se disputó con Susana Díaz y el actual presidente el liderazgo socialista le preguntó al segundo: «Pedro, ¿tú sabes lo que es una nación?». Naturalmente la respuesta era no. Pero Patxi, qué más dará.