Multitud enfervorizada
Doy por casi seguro, que Mónica García es la única candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid que arrastra multitudes. Todas sus propuestas y promesas coinciden con los sueños y deseos de millones y millones de madrileños. Conseguir 17 votos seguros en San Sebastián de los Reyes, ayuda a calcular la temperatura del termómetro electoral
Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, físicamente unidas y anímicamente separadas –muy español, por cierto–, son dos ciudades ubicadas a menos de veinte kilómetros de Madrid. Cuando yo era joven, no superaban los 15.000 habitantes. En el último censo, el del año 2018, Alcobendas registra 116.000 vecinos, y San Sebastián de los Reyes, 88.000 y un pico insignificante. Tan ensambladas se hallan las dos localidades, que existe una cafetería en la se puede optar, de acuerdo a la mesa elegida, a desayunar en Alcobendas o en San Sebastián, como en La Jaralera del marqués de Sotoancho, cuyo comedor era interprovincial. La cabecera de la mesa que ocupaba el marqués estaba en Sevilla, y la de enfrente, reservada para la marquesa viuda, su madre –Mamá–, se situaba en Cádiz. El marqués, que era como un niño, le ordenaba a Tomás, su leal ayuda de cámara. –Tomás, pásate por Cádiz y le dices a mi madre de mi parte que hoy está más fea que nunca–. Cosas de la nobleza.
A finales de los setenta, Fernando Díaz-Plaja obtuvo un gran éxito editorial con su libro El Español y los Siete Pecados Capitales, que no era gran cosa, pero con buenos golpes. Vendió más de un millón de ejemplares en pocos meses. Y dio una conferencia en un instituto de San Sebastián de los Reyes, a la que asistieron más de mil personas. Casi el 10 % de los habitantes de dicha localidad se reunieron para oír la charla de Don Fernando. De haberse organizado hoy similar acto cultural, sólo de San Sebastián de los Reyes habrían asistido 8.800 espectadores, sin contar los provenientes de Alcobendas, que con cruzar una calle pasan a la urbe vecina. Un éxito apoteósico. Y en Madrid, en la Fundación General Mediterránea, sita en los primeros números pares de la calle de Velázquez, el distinguido ingeniero agrónomo don Romualdo Vázquez Tomelloso, ilustre ganadero y ejemplar padre de familia, no consiguió llenar el reducido salón de conferencias de la Fundación a pesar del impactante interés que se aventuraba en el título de la disertación. «El cruzamiento entre las ovejas churras y las ovejas merinas. Un peligro para nuestra cabaña ovina». Asistieron veinte personas, contando entre ellas a los tres hijos, las tres nueras, la esposa y la madre del afamado ingeniero.
Éxito parecido al cosechado por Mónica García, la médica, madre y mema, en San Sebastián de los Reyes. Visita con ánimo de victoria electoral. Su personalidad arrasa, como su carisma. De los 88.137 habitantes, según el censo de 2018, se presentaron 17 personas, entre mujeres, hombres y demás representantes de la veintena de sexos clasificados por Irene Montero. Una llegada rebosada de gritos y aplausos de sus entusiasmados 17 seguidores, que mostraron su alegría por el seguro triunfo de la simpática y arrebatadora lideresa de Más Madrid en las próximas elecciones a la Comunidad. Doy por casi seguro, que Mónica García es la única candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid que arrastra multitudes. Todas sus propuestas y promesas coinciden con los sueños y deseos de millones y millones de madrileños, ora de la Capital del Reino, ora de su provincia. Conseguir 17 votos seguros en San Sebastián de los Reyes, ayuda a calcular la temperatura del termómetro electoral. Porque ella no finge, ni sobreactúa. Su naturalidad es pasmosa, su mochila proletaria, a estrenar en el acto que tuvo lugar en una placita de San Sebastián de los Reyes, quizá excesivamente lujosa, pero es sabido y está científicamente demostrado, que las multitudes de 17 personas no reparan en las mochilas de sus líderes. La joven médica y madre, que cada día que pasa se parece más a José Sazatornil, aquel gran actor que no merecía este tipo de semejanza–, prometió muchísimas cosas y los 17 asistentes a su acto en la calle, retornaron a sus hogares con la seguridad del triunfo.
He visto el reportaje y mi conclusión no puede ser más preocupante para Isabel Díaz Ayuso. Mónica es mucha Mónica.