Haberlo pensado antes
Aquellos que depositaron su voto en favor de Pedro Sánchez sabían que apoyaban a una persona mentirosa, autócrata y sin ningún tipo de vergüenza
Pedro Sánchez va a volver a ser elegido presidente del Gobierno y estará en Moncloa los próximos cuatro años. El candidato socialista se apoyará en todas las fuerzas independentistas y las que amparaban la violencia como medio para conseguir lo que querían y tratará de vender al resto del país que es por el bien de España, de la estabilidad, de la tranquilidad en Cataluña y para evitar la llegada de la ultraderecha.
De todo esto, nada es nuevo. Todo se sabía ya el 23 de julio cuando los españoles acudieron a votar y eligieron las fuerzas que ahora mismo están representadas en el Congreso. Por eso llama la atención que uno de cada cuatro votantes del PSOE reconozcan hoy que prefieren nuevas elecciones en lugar de que gobierne Sánchez otra vez. Haberlo pensado antes, cuando aún tenía solución.
España tiene lo que se ha ganado y va a tener los próximos cuatro años lo que ha querido tener. Aquellos que depositaron su voto en favor de Pedro Sánchez sabían que apoyaban a una persona mentirosa, autócrata y sin ningún tipo de vergüenza, capaz hoy de defenderte a capa y espada aquello por lo que ayer se llevaba las manos a la cabeza. Por eso no caben ahora los arrepentidos, los que dicen que pensaban que sería diferente esta vez o los que, peor aún, se volvieron a creer sus palabras.
Sánchez negó los indultos, los pactos con los terroristas, la amnistía y un sinfín de cosas más. Y ha ido, una por una, incumpliendo cada una de sus promesas para luego usar como defensa que había cambiado de opinión. Así, Sánchez seguirá en Moncloa con el apoyo de los que le votaron -que no hay que olvidar que fueron 900.000 personas más que en las últimas elecciones- mientras España sufre las graves consecuencias de sus decisiones en el futuro.
Para entonces él ya no estará para explicar por qué no hay independencia judicial. O por qué Puigdemont huyó de España en el maletero de un coche y regresó en avión por la puerta grande. Aunque al paso que va quizá llegue el día en que hasta sea presidente de la república. Lo que está claro es que Sánchez va a hacer cualquier cosa por seguir cuatro años más en Moncloa, que las negociaciones de investidura no van a velar por el bien del país sino por el suyo propio y que la culpa de todo la tienen los españoles, que votaron lo que votaron. Por mucho que ahora haya quien le achaque al Rey que haya designado candidato a Sánchez o que vaya a firmar la ley de amnistía llegado el momento. La culpa no es del Rey, la culpa es de quien mete las papeletas en las urnas.