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Unas líneasEduardo de Rivas

Prohibido confiarse

Hay partidos que quieren gobernar y otros que simplemente quieren estar en el Gobierno. Que los gallegos elijan libremente lo que prefieren

Actualizada 04:30

Todo apunta a que Alfonso Rueda seguirá siendo presidente de la Xunta de Galicia después de conseguir su primera mayoría absoluta este domingo. La primera suya, pero la quinta que logra el Partido Popular en una comunidad en donde las cosas suelen funcionar y, como tal, los ciudadanos apuestan por la estabilidad.

Eso, al menos, dicen las encuestas, aunque quedaran en evidencia en las últimas elecciones generales y provocaran que ahora desconfiemos aún más de sus resultados. Lo normal sería que el PP tuviera más de 38 escaños y gobernara en solitario, pero pobre de Rueda como al final le falte un solo voto.

El pasado verano también apuntaba a una victoria relativamente sencilla del PP aliándose con Vox, pero las urnas determinaron un resultado bien diferente. La derecha se confió viéndose vencedora, relajó el discurso creyendo que estaba todo hecho y alguno hasta miraría presupuestos de colchones para cambiar en Moncloa.

Es un error del que habrá aprendido el PP. En Galicia no puede confiarse y debe seguir apretando al máximo hasta las 23:59 horas del viernes que cierra la jornada electoral. No basta con comprobar que más del 85 % de tus votantes van a repetir en las urnas, porque el BNG cuenta con una fidelidad parecida a la tuya y encima arrastra a uno de cada cuatro votantes que apostaron por el PSOE durante la pandemia.

La izquierda está dejando de lado a Sánchez para apostar por el voto útil englobado en el BNG, un gran peligro que acecha al PP y por el que, aún con más motivo, está prohibido relajarse. Si Rueda quiere seguir al frente de la Xunta, debe recordarle a los gallegos no solo su gran gestión en estos últimos años sino también la de los anteriores con Feijóo. Hay que recordarle a los ciudadanos que hace pocas semanas había un partido que jugaba con el pan de los marisqueros alimentando una campaña absurda con los pélets para arañar unos pocos votos. No importaba el daño a los gallegos, solo importaba el que se le pudiera hacer al PP.

Por eso hay que recordarles en esta última semana de campaña que hay partidos que quieren gobernar y otros que simplemente quieren estar en el Gobierno. Y que ellos elijan libremente lo que prefieren.

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