Podemos te mete a Franco en el buzón
No frenaron a Yolanda Díaz, que les adelantó por la derecha, sin intermitentes ni primarias, van a frenar a Netanyahu...
Hace unos cuatro años que me mudé a mi casa actual y aún no he puesto el nombre en el buzón. Solo figura el piso grabado en la puertecita de madera, que ya venía puesto, y así se va a quedar de momento. No por nada, pero es que hoy en día hay mucho teletrabajo (mucha ociosidad en general) y quien más quien menos tiene algo de huella digital. Hoy en día, quiero decir, cualquier paisano puede poner tu nombre en Google y encontrar tus redes sociales, algunas fotografías y, en mi caso, estos artículos en los que intento dar mi mejor versión para corresponder la generosidad de Ramón Pérez-Maura.
A pesar de ese rapto de timidez y cautela (pues solo hay algo peor que un vecino cotilla: un vecino pesado) Podemos ha conseguido encontrarme, y el otro día recibí su propaganda para las europeas del 9 de junio.
En un primer momento pensé que se trataba de Sumar, pues a Podemos lo doy ya por amortizado, convertido en una pyme para el mantenimiento de Irene Montero y su vivienda unifamiliar. También dudé porque en el sobre no aparece ningún logo de Podemos. Ni un círculo morado, ni una efigie del machote al que jubiló Ayuso hace tres primaveras. Sí salen por contra tres dibujos de Hitler, Franco y Mussolini. Ahí es nada. Y dentro va una lista electoral larguísima –no sabía que quedara tanta gente en Podemos todavía– junto a una viñeta en la que aparecen Margaret Thatcher, Felipe González, José María Aznar… Enemigos modernos en todo caso: una fallecida y dos retirados.
Reconozco que el hecho de que eligieran el formato cómic para su mensaje ha favorecido para que me lo leyera, aunque da buena medida del concepto que tienen de sus electores potenciales. Y es que Podemos ha quedado para alimentar las mañanas de Telecinco de una forma similar a como lo hacían Isabel Pantoja y Julián Muñoz, dando el espectáculo a la puerta de los juzgados y sembrando la duda de si seguirán durmiendo juntos. Para un partido que eclosionó hace ahora diez años, en otras elecciones europeas, el bagaje me resulta bastante pobre. Es más, andado el tiempo y la memoria, su principal legado es la cultura del escrache y la ley del 'solo sí es sí', que mejoró la situación procesal de cientos de violadores y pederastas.
Termina el cómic asegurando que votar a Irene Montero (que no a Podemos) es la forma de decir «que paren» a los que nos llevan «otra vez camino hacia la guerra». Y ya hay que ser optimista para escribir eso: no frenaron a Yolanda Díaz, que les adelantó por la derecha, sin intermitentes ni primarias, van a frenar a Netanyahu.