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HorizonteRamón Pérez-Maura

¿Qué pasó con el Zapatero bueno?

¿Se imagina alguien hoy a Rodríguez Zapatero o a Sánchez saliendo a defender a Isabel Díaz Ayuso a Alberto Núñez Feijóo de las difamaciones de Nicolás Maduro contra ellos? Aquí estamos sentados, esperando.

Actualizada 01:30

Para un periodista con interés en la vida política internacional, como he procurado mantener toda mi vida profesional que ya suma 35 años, hay momentos que no se olvidan jamás. Recuerdo perfectamente la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989. Yo era un becario en la sección Internacional de ABC bajo la jefatura de Alfredo Semprún y la dirección de Luis María Anson. Era una época en que las páginas de los periódicos se ajustaban a partir de tiras de texto que un montador iba cortando y un redactor -generalmente un becario como servidor entonces- iba al taller de montaje a cortar lo que sobraba evitando que el texto perdiese el sentido. Y allí se montaba también la foto de la portada con el texto que se había preparado para un titular acompañado de un pie de foto editorializante. Recuerdo el de aquel día porque, aunque el titular era «Cae el muro de Berlín», al leer el texto que lo acompañaba, el montador del taller exclamó «Pero ¡coño! ¡Si no ha caído de verdad!».

Pero hay otros momentos probablemente más emblemáticos. Entre ellos, destacadamente, el de aquel 10 de noviembre de 2007 en Santiago de Chile, cuando el Rey Juan Carlos cercenó la pertinaz verborrea de Hugo Chávez contra José María Aznar con un contundente «¿Por qué no te callas?». Lo que no suele recordarse es que a quien estaba interrumpiendo en realidad no era al Rey sino a José Luis Rodríguez Zapatero, a la sazón presidente del Gobierno. Aquel fue un momento memorable en el planeta entero. Tras el Rey, el propio Zapatero dijo de forma desvaída que Aznar no era santo de su devoción, pero que aquellas palabras no eran aceptables. De ese fervor institucional no parece quedar absolutamente nada.

¿Se imagina alguien hoy a Rodríguez Zapatero o a Sánchez saliendo a defender a Isabel Díaz Ayuso o a Alberto Núñez Feijóo de las difamaciones de Nicolás Maduro contra ellos? Aquí estamos sentados, esperando. Sí, ya sé que no es una difamación ser llamado falangista. Ni mucho menos. Pero si a mí me llaman socialista, incluso socialdemócrata, me sentiría profundamente difamado. Si se me acusara de narcotraficante, ni les cuento. Pero es que da la casualidad de que Díaz Ayuso nació en 1978, cuando Falange Española y de las JONS llevaba años criando malvas. E Isabel Díaz Ayuso es una de las altas autoridades del Estado. ¿No tiene nada que decir Pedro Sánchez? Y de Napoleonchu ni hablemos. Él está en promover la política más ambiciosa de su Ministerio en la UE que es conseguir que el catalán sea una lengua oficial dentro de la Unión. Sabiendo que no tiene ninguna posibilidad de lograrlo, yo me limitaría a reírme. Pero me da mucha más pena que los Gobiernos y la opinión pública de media Europa se rían de nosotros viendo en qué manos hemos puesto nuestro Gobierno.

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