Cuando Napoleonchu fue consorte del embajador

Cualquier observador puede apreciar que este Gobierno, empezando por su presidente, ha perdido el oremus. A Sánchez se le ve extremadamente tenso con la situación que afecta a su mujer y me gustaría saber si se sigue atreviendo a decir, como lo hacía antes de llegar a La Moncloa, que cuando ponías en los buscadores de la red «Pedro Sánchez» esa plataforma te ofrecía automáticamente la opción «pedro sanchez guapo». La caída desde ahí está resultando muy dura y todo su equipo tiene perdido el norte.

Ya saben que dentro de su Gobierno sigo con especial atención la labor de su titular de Asuntos Exteriores, conocido en el ministerio por el sobrenombre de Napoleonchu. Este ministro tiene cada vez una mejor opinión de sí mismo y vive completamente al margen de lo que se opina de su labor en la Carrera. Son las actitudes propias de los tiranuelos. El problema es que ya se le ha subido en exceso a la cabeza –hace tiempo. El pasado martes se celebró en Vitoria la Conferencia de Víctimas del Terrorismo que fue inaugurada por Su Majestad el Rey y en la que, entre otros ministros, participaban el de Interior, Grande-Marlaska, tan contento con excarcelar a asesinos que están muy lejos de cumplir sus penas, y nuestro inefable Napoleonchu, supongo que porque es una conferencia organizada con Naciones Unidas. Como puede verse en la captura de imagen adjunta, la nota de la Oficina de Información Diplomática sostenía a las 18,05 horas que «Albares inaugura en Vitoria-Gasteiz la Conferencia de Víctimas del Terrorismo». El burro delante para que no se espante. Nunca mejor dicho. Para Napoleonchu si él asiste a un acto, el protagonista es él mismo. Que esté allí el Rey de España es algo marginal. ¿Dónde vas a comparar entre el Monarca y su ministro? Napoleonchu está formado en la mejor escuela sanchista y cree, como el presidente del Gobierno, que Felipe VI está a su servicio.

En una ampliación posterior de la nota se decía «Albares inaugura en Vitoria-Gasteiz la conferencia de Víctimas del Terrorismo, reforzando el compromiso de España con la paz». Y como subtítulo «En la sesión inaugural han intervenido también SM el Rey, el vicesecretario General de la Oficina de Contraterrorismo de Naciones Unidas, Vladimir Voronkov; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska y el lehendakari del Gobierno Vasco, Imanol Pradales». Es decir, Napoleonchu primero del escalafón y el Rey con el resto de los asistentes. ¿Se puede tener menos pudor? Pues, aunque no se lo crean, se puede.

El año pasado, en la coronación de Carlos III como Rey de Inglaterra, los británicos invitaron a nuestros Reyes y a los Reyes Juan Carlos y Sofía, y por parte española sólo contaban, además de los cuatro Reyes con el embajador acreditado ante la Corte de San Jaime, José Pascual Marco Martínez, y su mujer. Me entero ahora de que Napoleonchu quería ir a toda costa, pero era imposible conseguir una invitación para el ministro de Asuntos Exteriores porque la representación española ya estaba colmada y a mayor nivel. Pero a Napoleonchu no se le resiste nada. El embajador de España tuvo que dejar en casa a su mujer, que por cierto es una alta funcionaria de las Comunidades Europeas, y llevó de consorte al mismísimo Napoleonchu. Cuando él quiere algo, vaya si lo consigue. El pudor no forma parte de su modo de vida ni de su vocabulario.