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HorizonteRamón Pérez-Maura

Mandar al Rey a la guerra

En 2003, siendo Príncipe de Asturias, Don Felipe fue en visita oficial a Alemania. Una vez que ya estaba allí, estalló la Guerra del Golfo, que a Alemania le cogía un poco más a desmano de lo que Ammán está de Tel Aviv. Y el Gobierno decidió suspender la visita de inmediato y devolver al Príncipe a Madrid

Actualizada 01:30

Si no hay un cambio de última hora, el Gobierno enviará mañana al Rey a Amman en una visita difícil de entender. Las relaciones entre el Reino de España y el Reino Hachemita de Jordania han sido excelentes desde la fundación de este último en 1946. En ese sentido, que los Reyes de España tuvieran prevista una visita de Estado este fin de semana para profundizar en las buenas relaciones entraba dentro de lo normal.

Surgió entonces la nueva guerra en el sur del Líbano y la cosa ya se puso más en duda. En línea recta desde Ammán a la frontera libanesa, donde se está bombardeando con intensidad, hay 160 kilómetros. Y estábamos en estas cuando el martes por la noche surgió el bombardeo iraní sobre Israel. El Debate ha ofrecido las espeluznantes imágenes de la lluvia de misiles iraníes sobrevolando la capital de Jordania. Lluvia que fue contenida por la cúpula de hierro que Israel pone en práctica con la ayuda de aliados como Estados Unidos, la propia Jordania y hasta Arabia Saudí. Esos misiles son destruidos por otros misiles y caen a tierra ya sin explosivo. En la imagen que cierra la información de El Debate antes mencionada se puede ver la carcasa de un misil caído en el mismo Amman.

Unas horas después de haberse producido ese espectacular ataque con 181 misiles, del que asumo que la Embajada de España en Amman daría cumplida información al Gobierno de la nación, se anunciaba en Madrid el cambio más incomprensible que he visto nunca. El Rey seguirá yendo a Jordania, pero se rebaja de visita de Estado a visita oficial, ya no va con la Reina y tampoco irán los empresarios que acompañaban al Monarca. Los tres días iniciales han quedado reducidos a dos días con una noche. ¿Qué sentido tiene esto? ¿Por qué hay que meter al Rey ahora en una zona que está en guerra?

En 2003, siendo Príncipe de Asturias, Don Felipe fue en visita oficial a Alemania. Una vez que ya estaba allí, estalló la Guerra del Golfo, que a Alemania le cogía un poco más a desmano de lo que Ammán está de Tel Aviv. Y el Gobierno decidió suspender la visita de inmediato y devolver al Príncipe a Madrid. Ahora no. Ahora mandamos al Rey a una ciudad cuyo cielo puede volver a verse surcado en cualquier momento por los misiles de la desesperación del régimen teocrático de la República Islámica de Irán ¿Qué necesidad hay?

Por una vez me tranquiliza ver que el Rey irá acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, mi admirado Napoleonchu. Con tantas veces como hemos visto que el Gobierno deja solo al Rey en sus viajes oficiales, ahora me genera seguridad la presencia de Napoleonchu a bordo del avión. Porque una vez conocido ese dato he tenido que descartar la hipótesis de que el Gobierno mantenga la visita a ver si un misil iraní alcanza al avión real.

Pero sigo sin entender por qué no se podía aplazar la vista de Estado hasta mejor momento.

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