Por Boualem Sansal, un escritor valiente
En una cárcel de Cuba, una joven mujer escritora, María Cristina Garrido, sigue siendo torturada. Muy pocos levantan la voz por ella. Yo sí lo hago, hasta lograr que tanto ella como todos los presos políticos cubanos sean liberados
Melena plateada, un rostro bondadoso, palabras serenas, aunque firmes; una escritura con gran poder, de belleza y de consistencia. Boualem Sansal es uno de esos dioses literarios contemporáneos, franco-argelino, que jamás da la espalda a la verdad porque la verdad es la esencia de su obra. Tuve el privilegio de firmar libros junto a él en varios eventos y salones literarios en Francia, a veces nos tocó compartir autos y buses. Nuestro tema recurrente de conversación ha sido siempre el de la libertad, la búsqueda de ella por distintas vías y formas. Boualem Sansal es un hombre bueno.
Y, ese hombre bueno, inmenso escritor, fue detenido, el 16 de noviembre, solo a unas horas después de viajar a su país natal, en un vuelo proveniente de Francia; no más entrar al aeropuerto de Argel fue interpelado. Su familia no entendía por qué tardaba tanto en llegar a casa. Había sido apresado e incomunicado, la confirmación se hizo pública mediante un comunicado publicado en Argelia Prensa Servicios, agencia que depende del ministerio argelino de Información. «La detención de Boualem Sansal, pseudointelectual venerado por la extrema derecha francesa, ha despertado la indignación de los profesionales», escribe la agencia en su sitio web. Nada se sabe de los motivos de esta detención
El sitio de BFMTV informa lo siguiente: «Su arresto se produce en un momento en que las relaciones diplomáticas son particularmente tensas entre Francia y Argelia, desde que París dijo en julio pasado que apoyaba el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental, un territorio muy disputado… En las columnas del medio de comunicación Frontières, considerado de extrema derecha, Boualem Sansal había defendido de hecho la posición marroquí según la cual el territorio del país habría quedado truncado bajo la colonización francesa en beneficio de Argelia. Sin embargo, según el trasto de lo que queda de Le Monde, esto sería una 'línea roja' para Argel.
El escritor, declarado ateo, se posiciona constantemente contra el islamismo, advirtiendo a Francia, a Europa y a Occidente sobre el asunto. Sus continuadas declaraciones le valieron lo mismo elogios de diversas figuras de la llamada «derecha y extrema derecha» como críticas de la izquierda y de Argelia. Boualem Salam se defiende, sin embargo, de cualquier islamofobia: «Lo que he seguido denunciando es la instrumentalización del Islam con fines políticos y sociales», expresó a la Agencia France Presse en 2017.
La editorial Gallimard, que lo publica, exige su liberación inmediata. Escritores del mismo origen que Boualem han salido en su defensa, notablemente el Premio Goncourt 2024, el novelista Kamel Daoud. Al parecer pronto se le hará un juicio, de lo que no podríamos esperar más que malas noticias.
La prestigiosa editorial Gallimard, por el contrario, así como otras editoriales dependientes del Grupo Flammarion, después de haber publicado siete libros míos, decidió dejar de hacerlo debido a mi posición extrema anticastrista. Ninguna solidaridad con una autora cubana perseguida.
En una cárcel de Cuba, una joven mujer escritora, María Cristina Garrido, sigue siendo torturada. Muy pocos levantan la voz por ella. Yo sí lo hago, hasta lograr que tanto ella como todos los presos políticos cubanos sean liberados. Es de lo poco que ya me resta por hacer, después que tanto el gobierno norteamericano como el régimen elijan siempre bajo el mismo corte a los líderes del Partido Comunista como a los líderes opositores en el exilio.
Solo que, mientras que protestar por la condenación de esos presos políticos cubanos y exigir su libertad cierra las puertas de las editoriales más importantes, clamar por la libertad de mi amigo Boualem Sansal, tampoco me apuntará tantos. Una vez que entras en sus listas negras, las de la ultraizquierda como en las de la derecha, es imposible salir de ellas; ni siquiera aceptan que desde tu posición protestes a favor de la vida y la libertad de un amigo, de un escritor. El fin resulta cada vez más latente.