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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

¡Pero qué pesaditos esos jueces y la UCO!

¿Qué necesidad tienen de seguir enredando cuando el honesto presidente Sánchez, Bolaños, Puente y Marisu ya han aclarado que «no hay nada de nada»?

Actualizada 10:33

Qué pesaditos, de verdad. Ya está bien. ¿Qué necesidad tienen todos esos jueces y guardias civiles fachosos de ponerse a revolver en las cosillas de la familia, el Gobierno y el PSOE? ¿Por qué siguen enredando y molestando cuando el presi, Bolaños, el siempre moderado Puente y la muy estable Marisu ya han repetido hasta la saciedad que «no hay nada de nada»? ¿A quién vamos a creer más: al PSOE o a la Guardia Civil? «Pues eso», que diría nuestro siempre honrado y veraz presidente Sánchez.

Francamente, no vemos necesidad alguna de imputar al hermano del presidente, enchufado por dedazo monclovita en la Diputación de Badajoz para abanicarse. No se le puede encausar por el simple hecho que vaya menos al curro que Kim Jong-un a los McDonald’s, o porque tribute en Portugal sin vivir allí. ¿Desde cuándo el hermano de un presidente tiene que cumplir las normas que nos obligan a todos? A ver si empezamos a mostrar un poquito de respeto por la Familia Sánchez, que se está dejando la piel por la España plural, diversa, «progresista» y confederal.

¿Y Peinado? ¿Qué pasa con ese fulano, qué mosca le ha picado? ¿Qué tiene de raro que a la mujer del presidente le regalen una cátedra en la Complu sin ser siquiera licenciada? ¿Qué hay de irregular en que una asesora del equipo del presi, a la que pagamos con nuestros impuestos, trabaje para ella, una particular, y la ayude en sus negocietes? ¿No decimos siempre que en España se necesitan más «emprendedores y emprendedoras»? Entonces, ¿por qué criticamos a los que se arriesgan hasta el extremo de acabar siendo perseguidos penalmente? No me extraña que el bueno del presidente se tuviese que tomar cinco días de baja ante el disgustazo de ver a su amada acosada por las hienas de la ultraderecha mediática y judicial. Fango y más fango, qué horror.

Y ahora, a vueltas también con el tal Aldama, un golfo que va a acabar en el caldero. ¿Qué tiene de particular que ese emprendedor entrase como Pedro por su casa –nunca mejor dicho– en el ministerio con más presupuesto? ¿Qué hay de raro en que el presidente quisiese conocerlo y agradecerle sus servicios? Siempre estamos quejándonos de la baja productividad en los servicios públicos, pero luego protestamos cuando Aldama la estimula repartiendo sobres a la crema del PSOE, el partido de los «más de cien años de honradez».

Ofende también la imputación de García Ortiz, un hombre de bien y un eximio jurista, digno heredero de la estirpe de Ciceron, la Escuela de Salamanca y Edward Coke. ¿Qué problema hay en airear los datos de un tío al que acusan de un delito fiscal? ¿Qué son esas paparruchas de que el material era confidencial y estaba prohibido por ley revelarlo? Si queremos tener un país moderno y verdaderamente progresista no podemos seguir con estas chuminadas leguleyas. Por lo tanto, fue muy acertado que Moncloa ordenase a Don Álvaro lanzarse a la caza de Ayuso con el ariete de lo de su novio. ¿O acaso no tiene el presidente Sánchez el derecho a defender la coalición progresista frente a quienes la atacan? «El fin justifica los medios», lo sabe todo el mundo. Ya lo decía Maquiavelo. Un principio felizmente actualizado por el presidente Sánchez con su lema aquí todo vale si beneficia a mi ombligo.

En resumen, este ruido por las imputaciones de la mujer, el hermano, el fiscal, el brazo derecho –y tal vez pronto Óscar López, Santos Cerdán y hasta el propio Sánchez– no va a ningún sitio. La derecha y la extrema derecha jamás lograrán desmontar el Frente Popular progresista que ha construido nuestro presidente socialdemócrata mano a mano con los comunistas, los golpistas catalanes, el partido chupategui vasco y los sucesores de ETA.

Así que calma y a pasárnoslo súper bien en el Congreso Federal de Sevilla. Nos quemaremos las manos aplaudiendo al presi y a Bego, y que le vayan dando a la fachosfera negacionista climática, españolista y machista, amiga del esfuerzo, los impuestos bajos y el orden constitucional.

Lo sabe hasta Homer Simpson: «No hay nada. Bulos y más bulos». El PSOE está más limpio que un bote de Fairy. Como siempre.

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