Vacaciones de Navidad
España es un país de tradiciones. Y podrás ser el español más ateo del mundo, que te vas a juntar con la familia la noche del 24 y el mediodía del 25
España es un país de tradiciones. Les guste o no a algunos, los españoles somos muy así, muy de que no nos toquen lo nuestro y de que ya puede pasar el tiempo pero mis cosas no me las cambies. Y una de ellas es la Navidad, porque ya puedes ser el español más ateo del mundo, que te vas a juntar a la mesa con la familia la noche del 24 y el mediodía del 25. Podrás ser hipócrita, pero celebras la Navidad de muy buena gana.
La Navidad es ese tiempo en el que todo para. Por parar, para hasta el fútbol. Las familias viajan, se juntan después de no haberse visto en todo el año, pasean por las ciudades para ver las luces y los hay que hasta se atreven a hablar de política sentados a la mesa. Será el único momento que lo hagan en dos semanas, porque es Navidad y los políticos nos dan un pequeño respiro. Un regalo de Reyes por adelantado.
Se quiso unir a eso Pedro Sánchez, que adelantó unos días el tradicional balance del año que hace el presidente del Gobierno para hacer su discurso el 23 diciembre. No es que tuviera muchas ganas de dirigirse a la nación, porque un acto más de propaganda made in Moncloa, sino que una declaración institucional el día 30 le fastidiaba las vacaciones.
Tras el discurso, la agenda del Gobierno solo habla de un acto de Sánchez en toda la semana, por videoconferencia, en la mañana del día de Nochebuena, como es habitual, con las unidades del Ejército desplazadas en el exterior. Después, ni rastro del presidente. Y tampoco se espera verle la próxima semana, ni hasta después de que pasen los Reyes. Pero tranquilos, no se está tomando otro periodo de reflexión como aquel de la carta. Es que es Navidad hasta para Sánchez. Y pisar una iglesia le da repelús, pero bien que se apunta a las vacaciones de Navidad. Perdón, del solsticio de invierno.