Derogar, no recurrir

Una vez consumada la conquista partidaria del Tribunal Constitucional por parte de la coalición gubernamental resulta ilusorio mantener cualquier esperanza de estimación de los diferentes recursos de inconstitucionalidad presentados por la oposición (PP y/o Vox) contra las leyes ideológicas del Gobierno de Sánchez.

Que nadie tenga la menor duda de que este Tribunal Constitucional va a confirmar que la ley Celaá, la ley trans, la ley del 'solo sí es sí', las reformas express sobre el CGPJ, etc., son total o esencialmente acordes con la Constitución, porque para ello han sido nombrados los nuevos magistrados.

Ya no existirán en el T.C. ningún magistrado como los añorados Rubio Llorente, Aragón, Sra. Casas, etc., que dieron buena prueba de su profesionalidad al no seguir consignas ideológicas sino convicciones jurídicas.

Consecuentemente, la oposición, renunciando a todo tipo de complejos, debe proceder en un breve espacio de tiempo, en el supuesto de que los españoles le concedamos la opción de gobernar, a derogar todas las normas legislativas ideológicas de la izquierda así como a reponer la neutralidad, eficacia y objetividad en los órganos, empresas e instituciones que han sido colonizadas por el bloque socio-comunista con la única finalidad de colocarnos en una autocracia muy similar a los regímenes bolivarianos.

Considero imprescindible que los dos partidos de la oposición lleven en sus programas de gobierno, con exactitud, cuáles son las normas que pretenden derogar y la política que pretenden reformar respecto del actual Gobierno, comprometiéndose a ello, ya que solo de esta manera podremos decidir, consciente y fundadamente, el destino de nuestro voto.