Profecía autocumplida

La UE decide el rearme con una inversión de 800.000 millones en armamento y municiones; adelanta la imposición del euro digital y alude a políticas que consisten en «mover el ahorro» ( 10 billones de euros propiedad de los ciudadanos europeos) hacia la inversión de su interés; consolida la actitud de pasar de Hungría, romper relaciones con EE.UU. y mirar hacia China; acelera el Pacto Verde convirtiendo Merco Sur y Marruecos en la huerta de Europa y amaga pero no cesa en su política de fronteras abiertas. Y todo eso porque sí, porque ellos lo valen, sin consultar a quienes pagamos con vidas y haciendas.

Siendo tan preocupante la deriva alejada de la democracia en la forma de tomar decisiones en la UE, que la encamina a una ruptura o al menos pérdida de miembros, lo más peligroso es que está cayendo en lo que en psicología se llama «profecía autocumplida». Están los dirigentes europeos convencidos, y convenciéndonos, de que Ucrania es Los Sudetes, Putin es Hitler, y Polonia es la Polonia de finales de los años 30. La predicción es que Putin nunca se conformará con trozos de Europa, que va a por toda ella; que hoy es el Donbas y mañana entrará en París. Para evitarlo, Europa debe armarse hasta los dientes. Este rearme podría provocar el suceso anunciado: que a su vez Rusia decida someter a su amenazante vecino. Y entonces estos mediocres dirigentes europeos nos llevarán a una guerra, presumiendo de lo bien preparados que nos pilla y de que el tiempo les ha dado la razón