El rapto de Europa
El desempeño de la UE en esta legislatura que termina no ha sido para nada exitoso. Según Eurostat el grueso de la clase media europea ha perdido PIB per cápita medido en estándares de poder adquisitivo en el periodo 2017 a 2023
La joven y bella Europa, hija del rey Agenor, jugaba con otras ninfas en una playa junto a algunas reses de su padre. Zeus quedó fascinado por su belleza, se encaprichó de la chica y puso en marcha una hábil treta. Se convirtió en un hermoso toro blanco de aparente mansedumbre y poco a poco se ganó la confianza de Europa quien, jugando, se subió a sus lomos y se agarró a los cuernos. Entonces Zeus echó a correr y adentrándose en el mar no paró hasta llegar a Creta. Allí, ya con su aspecto habitual, le hizo tres niños a la chica para luego casarla con el Rey Asterión. Una vez colocada la joven, él con forma de toro se convirtió en una constelación; y ahí sigue disfrutando como los astros celestiales.
Es muy posible que con las elecciones europeas de este mes de junio algún Zeus actual se convierta en astro, pero lo que es importante es que los que nos que lleguen no hagan de Europa el campo de su arbitrario capricho y antojo. Por ello es fundamental que veamos esos comicios en clave europea y no como un mero ensayo con el que comprobar cómo van las tendencias del voto nacional.
El desempeño de la UE en esta legislatura que termina no ha sido para nada exitoso. Según Eurostat el grueso de la clase media europea ha perdido PIB per cápita medido en estándares de poder adquisitivo en el periodo 2017 a 2023. Esto es así porque han descendido en todos los países grandes e importantes con excepción de Irlanda y Polonia; siendo el caso de España dramático.
La Política Agraria Común, una de las espinas dorsales de Europa ha de reformularse entera para favorecer el libre mercado en ese sector e impulsar su crecimiento. Así mismo, la política de inmigración es otro serio problema que además de costar muchas vidas de seres humanos debido al efecto llamada, amenaza con desestabilizar barrios y zonas enteras de las capitales europeas sin entrar en el coste económico implícito. Este es un toro al que nadie quiere coger por los cuernos. Y por último, estamos en una coyuntura en la que Europa va a tener que destinar esfuerzos a dinamizar una política de defensa común; algo a lo que no está acostumbrada y que tengo mis serias dudas de que lo aborde con decisión.
Pero tenemos que tener los ciudadanos un objetivo que no por olvidado tiene menor importancia, antes al contrario. Me refiero a la recuperación de la calidad democrática que se ha visto seriamente deteriorada en esta última legislatura europea. Hemos sufrido unos años tremendamente intervencionistas, con tintes de planificación económica, por parte de la Unión, tanto en lo que afecta al libre mercado como en lo referente a la vida personal e individual de los europeos. Y lo que es peor eso se ha realizado de forma arbitraria.
Hay varios conceptos que los europeos debemos recuperar a la hora de ir a las urnas el próximo mes. Por un lado que la democracia no es sino el medio para obtener un fin político más alto, que es la libertad. Por lo tanto la democracia ha de servir para alcanzar aquel fin y no olvidarse de la libertad anteponiendo a ella la consecución de un objetivo material planificado. Es decir, la democracia es el medio para salvaguardar la paz y la libertad; prescindir de esta bajo excusa de defender la democracia nos lleva al totalitarismo.
Se debe convertir la democracia en una garantía para preservar la libertad cuando esta se ve amenazada por la planificación y la intervención. En Europa sabemos por experiencia que, cuando deja de ser garantía para la libertad, en cierto modo puede persistir aquella bajo un régimen totalitario.
El hecho de que el poder venga de una decisión mayoritaria no implica que pueda ser arbitrario; porque si es arbitrario estará atacando a la libertad individual disfrazado de democracia. Porque no es el origen del que emana el poder el que impide que se vuelva injusto y arbitrario; es la limitación del mismo lo que evita esa barbaridad. Y si una democracia se propone objetivos que no se puede realizar a través de procedimientos establecidos y limitativos del poder, podríamos decir que estamos justificando unos medios abusivos en función de un fin.
Hemos estado ante un Parlamento Europeo dominado por dos grupos principales. El socialista y el de los populares. Sí que sé lo que son los socialistas además de un peligro, pero ignoro lo que son los populares, no sé lo que significa ese nombre vacío de contenido salvo para un programa radiofónico en el que escuchar los éxitos del hit parade. Al final, los populares han actuado como socialistas practicando una política intervencionista sin contemplar límites razonables al poder bajo los conceptos antes mencionados. El próximo Parlamento Europeo va a estar, de facto, dividido en dos grandes grupos. Por un lado aquellos que quieren ejercer un exceso de poder sin limitaciones mediante el intervencionismo y una planificación con tintes socialistas. Y en frente, los partidarios de la libertad individual y de los mercados libres y competitivos; liberales, liberal conservadores y ultra liberales. Esto es importante porque la definición de objetivos que no se alcanzan con procedimientos sujetos a una limitación del poder se acaban justificando como una cuestión moral; pero ojo, no moral como concepto opuesto a inmoral, sino una obligación arbitraria.
En fin, Zeus actuó a su capricho, cuidado con que vuelva a venir por aquí tras el 9 de junio.
- José Antonio García-Albi Gil de Biedma es empresario