La semilla de una nueva Cataluña pronto germinará
Yo sueño con una Cataluña donde el separatismo sea algo de frikis, porque el comunismo ya lo es, y que la mayoría de la gente no tenga miedo de decir que es catalán en el sentido que lo dice un madrileño, un andaluz o un gallego
Cuando Don Pelayo inició la reconquista, no creo que fuera consciente de lo que había empezado, sin embargo, todos lo recordamos y evocamos, lástima que no somos anglo eugenésicos, y no nos da por la épica cinematográfica, si no, otro gallo cantaría. Pues bien, lo ocurrido en Cataluña este pasado domingo es el resultado del trabajo de muchos, a pesar de las promesas de algunos de montar en aviones a extranjeros ilegales multirreincidentes, como si tuviesen la competencia de emigración en la región, pero bueno, al margen del populismo pacotillero, lo ocurrido se antoja como un gran triunfo. Es el relato que necesitamos para seguir dando la batalla en Cataluña. Lástima de los votos que se perdieron con el oficialmente difunto Ciudadanos, una pena porque dos o tres que se hubiesen integrado en las listas del PP, desde luego habría aumentado el resultado. 22.481 votos es una cifra nada envidiable.
Queda claro que hay que seguir haciendo un importantísimo trabajo de pedagogía, con los votantes del PSC que algunos se creen que siguen votando al PSOE de Felipe González, y que como hemos venido contando desde hace un tiempo ese PSOE ya no existe. Quedó demostrado que el Michael Jackson Catalán es decir, Alejandro Fernández, es un «pop star» con fundamento, es compositor, arreglista, coreógrafo, productor, y director musical. Estoy contento porque estas gotas de rocío son necesarias en medio de esta sequía que ha venido asolando al constitucionalismo en Cataluña. Queda un gran camino por recorrer, pero ya queda muchísimo menos.
Como muchos saben, yo siempre les hablo de perspectivas positivas, confianza en lo que somos, y de hacer las cosas mejor, y hasta de triunfar contra los enemigos de la libertad, aunque nos tengan en el suelo con un cuchillo en el cuello a punto de degollarnos, y sin posibilidad de movernos. Está claro que cuando tu vida está en peligro sacas fuerzas y artimañas de donde no hay. Lo del domingo 12 es un nuevo Covadonga y llegaremos a la toma de Granada, y no tendrán que pasar ocho siglos, aunque créanme que un año aquí en Cataluña, a veces se hace largo, porque nos vamos arrastrando lentamente y sin remedio al abismo, con el beneplácito sonriente de algunos, pero saldremos adelante, estoy seguro. Sigamos impartiendo esperanza a la gente, sigamos alimentando los sueños de un futuro mejor, de crear una nueva Cataluña floreciente y digo nueva porque los que añoran aquella, decirles que no existe, ni si quiera el trazado perfecto del Plan Cerdá, «vive, porque los comunistas lo borraron para crear un excedente de ciclovías, y esos chiquipark con dibujitos, que algunos se han convertido en refugio para vagabundos, y urinarios públicos».
Por lo tanto, se antoja desde las ruinas construir cosas nuevas. Yo sueño con una Cataluña donde el separatismo sea algo de frikis, porque el comunismo ya lo es, y que la mayoría de la gente no tenga miedo de decir que es catalán en el sentido que lo dice un madrileño, un andaluz, un castellano manchego, o un gallego, en resumen, un español de una región equis.
El mes pasado estuve en la Feria de Abril de Barcelona, de hecho hice un escrito en mis redes sociales sobre ese tema acompañado de un video donde decía y cito textualmente:
«Esta es la Cataluña diversa que odia el separatismo, y el globalismo. España y la Hispanidad es el remedio contra los enemigos de la libertad». Lo que no les conté fue lo que pasó después, estaban poniendo sevillanas, «Los del barrio», «Ecos del roció», y de pronto pusieron a Peret, símbolo de catalanidad que no es algo separado de España como algunos han querido vender, y aunque la gente bailó con «Barcelona tiene poder», los asistentes ya no lo hacían con la misma intensidad, sus caras reflejaban un inconsciente disgusto, y eso es porque muchas de esas personas fueron a la feria a olvidar que eran unos ciudadanos de segunda, como les han estado recordando desde los años 80, y especialmente en la última década, y allí se vio claramente que su tierra de nacimiento, o acogida les duele, y mucho, y se hace urgente acabar con esos dolores del alma y del corazón.
Ningún catalán es mejor que otro por causa de su ideología, raza, su origen o el de sus padres. Simplemente son ciudadanos, que merecen respeto, y no desprecio. Y además, hacerlo es ir contra el propio Estatuto de Autonomía que lo deja claro en el Artículo 4. «Derechos y principios rectores», y luego lo desarrolla a partir del Artículo 15. Insisto en que no existen catalanes de primera y de segunda, existen catalanes que son españoles, ciudadanos del Reino, y sobre todo, para que algunos por encajar no se pasen a renunciar a parte de sí mismos, tenemos que seguir dando esperanza y trabajando por un mañana. Y recordando que aunque te apellides García, Pujol, o Chaling-Chong como yo, eres un español con vecindad catalana, y que un futuro distinto en Cataluña a pesar del daño antropológico puede ser posible. Miren, otros muchos lugares del mundo han salido de la oscuridad y ahora florecen como las más bellas flores del jardín de su nación. Un día no muy lejano, Cataluña ya no será un arbusto feo, seco, espinoso, y con plagas contagiosas en el jardín de España y Europa. Pronto, y en mucho menos de lo que creemos, germinará una nueva semilla llamada Cataluña, y todos se sorprenderán, de lo hermosa y saludable que estará. ¡Viva España! ¡Viva Cataluña! ¡Viva el Rey! ¡Viva la Constitución!
Sayde Chaling-Chong García es presidente de la Alianza Iberoamericana Europea contra el Comunismo