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29 de junio de 2024

tribunaJosé A. Ramos-Clemente

La razón de ser

Grandes periodistas, sí, pero con formación en la misión del periódico. Queda claro, por tanto, que, para Herrera, tan inútil como una especie de hoja parroquial sería un gran periódico que no sirviera a sus fines

Actualizada 01:30

Según se recoge en el II volumen de las Obras Completas de Herrera Oria, en un texto redactado por Luis Ortiz al dictado de Ángel Herrera en 1936, con motivo del 25 aniversario de El Debate, este diario «nace para sumar esfuerzo al afán de que los católicos intervengan de manera eficaz en la vida pública» con «eliminación de los particularismos que dividen, aceptación de la realidad para elevarse a una obra nacional y patriótica, abandonando las vías muertas y los caminos estériles». Por otra parte, es bien conocida su idea de que, para hacer un gran periódico católico, lo primero era hacer un gran periódico; de ahí que El Debate desde sus inicios se ocupara de temas deportivos y económicos y se alejara del formato de hoja parroquial. No obstante, no debemos confundir el para qué con el cómo. Que algo sea primero, hacer un gran periódico (fuese o no rentable económicamente en los inicios) no significa, como algunos tienden a malinterpretar, que eso sea lo principal. La misión, la razón de ser, lo que da sentido a hacer primero un gran periódico, es el para qué y eso será siempre lo principal; a ello se subordinará el orden más correcto de hacerlo. Por eso mismo decía que había de rodearse de buenos periodistas, fueran o no católicos, porque Herrera consideraba esencial que, una vez dentro, se les formara en la línea editorial propia. Grandes periodistas, sí, pero con formación en la misión del periódico. Queda claro, por tanto, que, para Herrera, tan inútil como una especie de hoja parroquial sería un gran periódico que no sirviera a sus fines. Herrera no era un empresario, era ante todo un propagandista y no confundió nunca los medios con los fines.

Suelo pasar los viernes por delante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación que la Universidad de Sevilla tienen en La Cartuja. Al ser el día mundial de la libertad de prensa (esto de los días mundiales siempre me ha parecido una copia laica del santoral) tenía especial curiosidad por ver si habría algo de movimiento ante las amenazas a la libertad de prensa que estamos viviendo en España. Lamento no haberme equivocado en mis expectativas pues nada esperaba y nada encontré. Las universidades públicas sólo organizan actos de movilización espontánea cuando las dictan los de siempre. Tampoco he tenido noticias de movidas en otras provincias. El eterno silencio de los corderos apesebrados. Tampoco es nada nuevo que los volteirianos defiendan la libertad de expresión «hasta la muerte» mientras ellos son la oposición, pero que sufran de amnesia al tomar el poder.

Y así llegamos a lo que estamos viviendo hoy. El Debate tiene claro qué es y para qué. E incluso cómo. Muchos parecen no haberse enterado aún. Tiene para ello una gran plantilla de periodistas, por tanto, no se puede esperar de ellos que adopten un perfil bajo para no espantar a posibles anunciantes y que se dediquen a hacer caja, porque entonces se perdería la razón de ser, la esencia misma de este periódico y del periodismo. Al contrario, no importa si se es la voz que clama en el desierto, porque «si estos callaran, las piedras clamarían». De buenas intenciones (y de omisiones) está empedrado el camino del infierno, pero afortunadamente quedan medios que no sólo tienen buenas intenciones, sino que arriesgan con hechos. Hoy es El Debate el amenazado, pero si lo doblegan lo más mínimo después irán a por otros. Parafraseando el poema de Niemöller: «Cuando los nazis vinieron a por El Debate, guardé silencio, ya que yo no era lector de El Debate» (...) «Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar».

  • José A. Ramos-Clemente y Pinto es antropólogo y profesor de Historia.
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