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TribunaJavier Puente Redondo

Sembrando esperanza, defendiendo la vida: Marcha en Madrid el 23 de marzo

Debemos de ser capaces de recuperar valores esenciales que nos fortalecen como sociedad. Al valor de la vida humana podemos sumar por ejemplo el reconocimiento del papel fundamental de la familia como núcleo de amor y protección

Actualizada 01:30

El próximo domingo 23 de marzo, Madrid se convertirá en el escenario de una marcha que trasciende ideologías y creencias: la Marcha por la Vida. Un encuentro donde personas de todas las edades y procedencias se unirán para defender un principio fundamental: el derecho a la vida desde su concepción.

En un mundo que a menudo parece dominado por la incertidumbre y la desesperanza, la Marcha por la Vida se erige como un faro de esperanza. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, la vida siempre encuentra un camino. Es una oportunidad para ser esa voz de esperanza para aquellos que no tienen voz.

Esta marcha es una celebración de la vida en todas sus formas. Un espacio para reflexionar sobre la importancia de proteger a los más vulnerables, de brindar apoyo a las mujeres embarazadas en situaciones difíciles y de construir una sociedad que valore a cada persona. Considero que nada puede ser más progresista y más digno que defender la vida del más débil, del más indefenso, del niño por nacer. Me niego a pensar que el nasciturus merezca un nivel de protección inferior al de las plantas o los animales..

Son muchos los motivos que nos impulsan a participar en esta importante jornada:

• En primer lugar, marchamos en Defensa de la Vida desde la Concepción. La vida humana comienza en el momento de la fecundación y merece ser protegida en todas sus etapas de desarrollo. Si no defendemos la vida, ¿qué vamos a defender?

• En segundo lugar, la Marcha por la Vida es una poderosa herramienta de Visibilidad y Conciencia. Al reunirnos en las calles de Madrid, mostramos públicamente la importancia que otorgamos a la vida y buscamos sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad de protegerla. Nuestra presencia unida es un testimonio de que esta causa nos concierne a todos.

• En tercer lugar, nuestra participación responde a la Defensa de Principios Éticos y Humanos fundamentales. Consideramos que el respeto por la vida es un pilar esencial de una sociedad justa y civilizada. Defender la vida es defender la dignidad inherente a cada ser humano, sin importar su edad, capacidad o circunstancia.

• En cuarto lugar, la marcha es un espacio de Respeto a la Diversidad de Opiniones dentro de un marco común. La marcha es una oportunidad para expresar nuestras convicciones de manera pacífica y constructiva, fomentando un diálogo respetuoso en la sociedad.

• Finalmente, marchamos por la Unión entre todos aquellos que comparten este compromiso. La Marcha por la Vida es un punto de encuentro para personas de diferentes orígenes, creencias y edades que se unen por una causa común. Esta unidad fortalece nuestro mensaje y nos impulsa a seguir trabajando juntos en defensa de la vida.

Debemos de ser capaces de recuperar valores esenciales que nos fortalecen como sociedad. Al valor de la vida humana podemos sumar por ejemplo el reconocimiento del papel fundamental de la familia como núcleo de amor y protección, y la libertad de educación como derecho inalienable de los padres para elegir el futuro de sus hijos.

Invitamos a todos aquellos que comparten esta visión a sumarse a esta jornada de esperanza y solidaridad. Caminemos juntos por las calles de Madrid, alzando nuestras voces en defensa de la vida y construyendo un futuro donde cada ser humano tenga la oportunidad de nacer y desarrollarse plenamente.

La Marcha por la Vida es un recordatorio de que la defensa de la vida es un compromiso de todos. Un compromiso que nos invita a construir una sociedad más justa, humana y compasiva.

  • Javier Puente Redondo es presidente de Familia y Dignidad Humana
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