El PSOE convertirá los colegios en cárceles para niños
Vamos a conseguir que los adultos le den la vida al sistema productivo, y los hijos se la entreguen al sistema político
El PSOE de Madrid ha propuesto en el Debate del Estado de la Región abrir todos los colegios públicos de la Comunidad de Madrid desde las siete de la mañana hasta las siete de la tarde, de septiembre a julio, y dice que lo hace para facilitar la conciliación de las familias. Y yo le digo que no, que eso lo único que concilia es lo peor del capitalismo con lo peor del socialismo.
Hay algo de realismo en la propuesta, no lo vamos a negar. Se hace eco de algo que ya es un clamor. En Madrid es normal tardar una hora en llegar al puesto de trabajo, que en una familia con hijos trabajen el padre y la madre, y que la jornada media sea de ocho horas. Con lo cual, ambos progenitores, en el mejor de los casos, deben estar diez horas fuera de casa, las ocho del trabajo más las dos de desplazamiento.
Si la mayoría de los colegios abren entre las ocho y las nueve, y cierran entre las cuatro y las cinco, esto significa que si los padres quieren dejar y recoger al niño, o lo hacen en horarios en los que el colegio todavía no ha abierto, o llegan tarde al trabajo. Todos los que tenemos hijos nos hemos enfrentado a este problema y cada uno se las arregla como puede, normalmente mal. Unos tiran de abuelos, que son los botes salvavidas del naufragio, otros de «chica», y otros se turnan entre ellos, llegan tarde, corren, quedan mal y piden favores. Y la mayoría prolonga la jornada escolar apuntando a los niños a actividades extraescolares.
Todas estas soluciones, salvo la de los abuelos, son caras para las familias y alimentan el problema: hay que trabajar más horas para poder tener a los niños más tiempo colocados. Y así se entra en un círculo vicioso del que la propuesta liderada por el señor Lobato no solo no nos saca, sino que nos hunde más.
La medida, decíamos, concilia lo peor del capitalismo con lo peor del socialismo. Lo peor del capitalismo porque da por hecho que el padre y la madre deben pasar todas las horas del día produciendo riqueza, como en la época más intensa de la Revolución Industrial. Y lo peor del socialismo porque consigue de facto que los hijos los eduque el Estado, como en Corea del Norte, Camboya o la URSS. Al final vamos a conseguir que los adultos le den la vida al sistema productivo, y los hijos se la entreguen al sistema político. Y la fusión del sistema productivo con el sistema político ha alcanzado su perfección en China, que es el último país del mundo al que me gustaría que se pareciese España.
No se concilia la vida familiar consolidando la anomalía de que los niños estén doce horas en el colegio mientras los padres trabajan otras doce horas. Si el PSOE de Madrid quiere hacer algo verdaderamente socialista, de ese socialismo que también existe, que se preocupa por los vulnerables y no por el sistema, por las personas y no por el poder, debería echarle el valor que se le supone al defensor de lo social y plantarles cara a las grandes empresas, y no al pequeño propietario, a los mecanismos de mercado, y no a las familias, y darle el poder adquisitivo a la clase media y no al Estado.
Pero me temo que el socialismo se ha quedado sin ideas y que el modelo chino ha triunfado. Los colegios serán cárceles y los padres remeros en galeras.