
El arzobispo Joseph F. Naumann ha interpuesto una demanda contra líderes del grupo 'The Grotto Society'
El arzobispo de Kansas demanda a satanistas por el robo y profanación de la Eucaristía
El grupo satánico asegura haber robado hostias y vino consagrados para utilizarlos en una «misa negra» con el objetivo de hacer que «Dios caiga» y de abrazar a Kansas con la «llama negra de Lucifer»
La Arquidiócesis de Kansas City ha tomado una acción sin precedentes al llevar a los tribunales a un grupo satánico que asegura haber robado hostias y vino consagrados para utilizarlos en una «misa negra» programada para el 28 de marzo.
«Matar a Jesús»: la amenaza que desató la batalla legal
Según informa OSV News, el arzobispo Joseph F. Naumann ha interpuesto una demanda contra Michael T. Stewart y Travis L. Roberts, líderes del grupo The Grotto Society (también conocido como The Satanic Grotto), a quienes acusa de poseer y pretender profanar la Eucaristía.
Según documentos judiciales obtenidos por el medio de comunicación, la demanda busca la restitución inmediata de las hostias y el vino consagrados, propiedad de la Iglesia.
El escándalo estalló cuando Stewart publicó en la plataforma Reddit que su grupo había «asegurado una hostia consagrada» y «también vino» para su profanación en la ceremonia satánica.La gravedad del caso aumentó cuando el mismo Stewart, usando el alias «Simon Satanas», confirmó sus intenciones en una llamada con Gerald «Chuck» Weber Jr., director ejecutivo de la Conferencia Católica de Kansas. Según OSV News, Stewart le dijo directamente a Weber que planeaba «desafiar a la gobernadora» de Kansas–Laura Kelly– y «matar a Jesús» en su ritual.
Un ataque sin precedentes contra la fe católica
La denominada «misa negra» está programada en los terrenos del Capitolio del Estado de Kansas. Una página de evento en Facebook describe el objetivo del acto como un intento de hacer que «Dios caiga» y de abrazar a Kansas con la «llama negra de Lucifer».
Ante la amenaza, la Arquidiócesis ha respondido con una ofensiva legal contundente. En su demanda, el arzobispo Naumann argumenta que la Iglesia católica «mantiene la propiedad de todas las Hostias y el Vino Consagrados en todo el mundo» y que nadie fuera de la Iglesia tiene derecho a poseerlos.
Además de exigir la devolución inmediata de las especies sagradas, la demanda presentada por el arzobispo Naumann también solicita una orden de restricción contra los acusados. En el documento legal, la Arquidiócesis pide que Stewart, Roberts y su grupo tengan prohibido «ocultar, consumir, dañar, destruir o profanar» las hostias y el vino consagrados, ya sea en su totalidad o en parte, así como trasladarlos fuera del estado de Kansas.
La querella también enfatiza que ninguno de los acusados tiene derecho alguno sobre la Eucaristía. «Stewart, Roberts y su grupo no son sacerdotes ordenados de la Iglesia católica ni ministros extraordinarios de la Iglesia», declara el texto judicial. Asimismo, subraya que no cuentan con «consentimiento o autorización del Arzobispo Naumann o de la Iglesia Católica Romana para poseer ninguna Hostia Consagrada ni ninguna cantidad de Vino Consagrado».
Además se subraya el valor espiritual incalculable de la Eucaristía, que, según el catecismo católico, es «la fuente y cumbre de la vida cristiana». Por ello, la Iglesia solicita al tribunal que exija la devolución inmediata de las especies sagradas y, si los acusados no lo hacen dentro de las 24 horas siguientes a la orden judicial, que el sheriff del condado local pueda intervenir para tomar «posesión inmediata» de los elementos eucarísticos.
Respuesta de la Iglesia: oración y acción
Mientras se espera la audiencia judicial programada para este 20 de marzo, la Arquidiócesis de Kansas City ha convocado a los fieles a unirse en oración y adoración eucarística como respuesta a este ataque a la fe. Además, el 25 de marzo, fiesta de la Anunciación, el arzobispo Naumann reconsegrará el estado de Kansas a Jesús a través del Inmaculado Corazón de María.
Por su parte, la Conferencia Católica de Kansas ha instado a la gobernadora Laura Kelly a impedir la realización del evento satánico, mientras que católicos de todo el país se han sumado a la condena de lo que califican como una «demostración explícita de intolerancia anticatólica» que además es «un insulto no solo para los católicos, sino para todas las personas de buena voluntad».