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04 de julio de 2024

Carlo Maria Viganó

Carlo Maria Viganó, arzobispo de Ulpiana y ex nuncio de Estados Unidos

Viganò se encamina a la excomunión

Después de sus duras declaraciones contra el Papa el pasado 20 de junio, el arzobispo italiano reitera su oposición en su última declaración

Yo acuso es el título de la carta que el arzobispo italiano y ex nuncio de Estados Unidos, monseñor Carlo Maria Viganò, ha publicado el pasado 28 de junio. En esta, el obispo confirma, no obstante sus duras declaraciones contra el Papa y su legitimidad, que «no tengo ningún motivo para considerarme separado de la comunión con la Santa Iglesia y con el Papado, a los que siempre he servido con devoción y fidelidad filiales».

Todo empezó el pasado 20 de junio cuando Viganò fue convocado por el dicasterio para la Doctrina de la Fe por cometer delito de cisma. Este, que recibió las acusaciones como «un honor», según una carta que publicó ese mismo día, no acudió a su cita en el palacio del Santo Oficio.

Sin embargo, el ex nuncio ha continuado con sus estrictas afirmaciones el pasado fin de semana, donde sigue sosteniendo la «ilegitimidad» del Papa, rechazando, a su vez, los «principios revolucionarios» que, según el obispo, el Concilio Vaticano II ha traído a la Iglesia.

«Dos Iglesias»

El arzobispo ha señalado en su comunicado cómo actualmente existen «dos Iglesias», donde cada una tiene «sus doctrinas, sus liturgias y sus santos». A esto añadía: «Para el católico la Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica; para Bergoglio, la Iglesia es conciliar, ecuménica, sinodal, inclusiva, inmigracionista, eco-friendly y gay-friendly».

Ha denominado así a la Iglesia católica, que tiene como Pontífice al Papa Francisco, la «Iglesia sinodal», que «pertenece a otra entidad y, en consecuencia, no representa a la verdadera Iglesia de Cristo», asegurando que sus miembros «se adhieren a una multiplicidad de errores y herejías ya condenados por el Magisterio infalible de la Iglesia católica».

«Si ustedes no hablan, gritarán las piedras»

Con la frase del Evangelio de san Lucas «si ustedes no hablan, gritarán las piedras»(19:40), monseñor Viganò justificaba sus palabras y acciones explicando que «si yo permaneciera en silencio ante esta traición [...] faltaría al juramento que hice el día de mi ordenación y que renové con ocasión de mi consagración episcopal».

A esto, agregó que «como Sucesor de los Apóstoles no puedo ni quiero aceptar asistir a la demolición sistemática de la Santa Iglesia y a la condenación de tantas almas sin intentar por todos los medios oponerme a todo ello. Tampoco puedo considerar que un silencio cobarde en aras de una vida tranquila sea preferible al testimonio del Evangelio y a la defensa de la Verdad Católica».

A pesar de sus declaraciones tan contundentes contra el Santo Padre, del que afirma que «no puede ser considerado miembro de la Iglesia, debido a sus múltiples herejías», Viganò se mantiene en su posición de comunión con la Iglesia: «Rechazo con vehemencia la acusación de haber rasgado el manto inconsútil del Salvador y de haberme sustraído a la suprema autoridad del Vicario de Cristo».

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