La Santa Sede publica una nota sobre inteligencia artificial y sus riesgos éticos y sociales
El documento titulado Antiqua et Nova destaca la necesidad de un desarrollo ético y responsable de la IA, que priorice el bien común y respete la dignidad humana
actualmente, la inteligencia artificial (IA) avanza a pasos agigantados, lo que ha llevado a la Santa Sede a reflexionar sobre los retos y oportunidades que esta tecnología plantea para la humanidad. El documento titulado Antiqua et Nova, elaborado por los dicasterios para la Doctrina de la Fe y para la Cultura y la Educación, destaca la necesidad de un desarrollo ético y responsable de la IA, que priorice el bien común y respete la dignidad humana.
El Papa Francisco ha expresado varias veces su preocupación sobre cómo la IA puede afectar a la humanidad, especialmente en relación con el trato entre personas. La nota subraya que «la inteligencia artificial no es una forma de inteligencia, sino uno de sus productos». Además, advierte sobre el peligro de que las máquinas desplacen al hombre, tanto en el trabajo como en su capacidad de reflexión y creatividad.
«Nos quieren más dependientes»
«La Inteligencia Artificial nos puede volver esclavos si no la gestionamos con criterio»
Riesgos éticos y sociales
Uno de los aspectos más alarmantes señalados por el documento es el uso militar de la IA. La creación de armas autónomas capaces de decidir por sí mismas cuándo matar es una amenaza grave para la humanidad. «Ninguna máquina debería tener el poder de quitarle la vida a un ser humano», afirmó el Papa durante el G7 en Puglia. Según Antiqua et Nova, estas tecnologías podrían llevar al mundo a una «espiral de autodestrucción».
Otro punto crucial es la concentración del poder tecnológico en manos de unas pocas empresas. «Esta tecnología acaba siendo manipulada con fines personales o corporativos o para orientar la opinión pública hacia los intereses de un sector», advierte el documento. Además, se resalta cómo la IA puede fomentar la marginalización y el aislamiento social, cuestión que «plantea problemas particulares para el crecimiento de los niños».
Oportunidades y responsabilidad
El tema de la sanidad ocupa un lugar destacado en las reflexiones sobre la IA. Aunque esta tiene un gran potencial para mejorar muchos aspectos del ámbito médico, como la ayuda al diagnóstico, hay un riesgo si llega a sustituir la relación entre médico y paciente, corriendo el riesgo de «agravar esa soledad que suele acompañar a la enfermedad».
La IA no debería crear discriminaciones ni prejuicios, como una «medicina para ricos», en la que los que tienen dinero accedan a tecnologías avanzadas y atención personalizada, mientras que otros apenas logran acceder a los servicios más básicos. Como se señala, la tecnología debe servir para mejorar la equidad en la atención sanitaria, no para reforzar las desigualdades.
En el ámbito educativo, el documento llama a un uso equilibrado de la IA. Aunque puede facilitar el aprendizaje, también podría debilitar el pensamiento crítico si los estudiantes se limitan a recibir respuestas automáticas sin cuestionarlas. Asimismo, la Iglesia alerta sobre la propagación de desinformación a través de fake news, destacando la importancia de verificar la autenticidad de los contenidos digitales.
La Santa Sede insta a la comunidad internacional, a las empresas tecnológicas y a los líderes religiosos a asumir un compromiso ético frente al desarrollo de la IA. El documento del Vaticano subraya que «no debemos permitir que el progreso tecnológico desplace cada vez más el trabajo humano», ya que, al hacerlo, «estaríamos perjudicando el bienestar de la humanidad».
Además, se advierte que «la presunción de reemplazar a Dios por el fruto exclusivo de nuestras manos se considera idolatría», destacando que «la inteligencia artificial puede resultar incluso más seductora que los ídolos tradicionales».