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El Papa Francisco presidiendo la Misa de este domingo en la JMJ de Lisboa

El Papa Francisco presidiendo la Misa de la última JMJ de Lisboa

El Papa reta a los jóvenes desde el hospital: «El mundo os llena de ruido y os impide el silencio de Dios»

Francisco invita a los fieles a descubrir su vocación y a no temer preguntar a Dios: «¿Qué sueñas de mí?»

A pesar de su convalecencia en el hospital Gemelli, el Papa Francisco no ha dejado pasar la oportunidad de hacer un fuerte invitación a los jóvenes a escuchar la llamada de Dios, sin miedo a dar una respuesta generosa.

Con motivo de la LXII Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que se celebra este próximo 11 de mayo, el Santo Padre ha enviado un mensaje donde destaca como el mundo actual empuja a los jóvenes a la incertidumbre y la crisis de valores, especialmente en medio de la confusión digital y las injusticias sociales.

Francisco detalló que, en medio de ese 'caos' que muchos jóvenes enfrentan hoy, la vocación es un don que abre el camino hacia el amor y el servicio. «El mundo necesita jóvenes valientes, dispuestos a dedicar su vida a Cristo», aseguró, instando a los jóvenes a acoger su vocación con generosidad, como lo hicieron personajes como el beato Carlo Acutis o Pier Giorgio Frassati.

Una vocación que implica reconocer que «el Señor, que conoce el corazón del hombre, no los abandona en la inseguridad, sino que quiere suscitar en cada uno la conciencia de ser amado, llamado y enviado como peregrino de esperanza».

Sin miedo a preguntarle a Dios: «¿Qué sueñas para mí?»

Uno de los puntos más provocadores de su mensaje ha sido su invitación a detenerse y reflexionar, algo que choca con la cultura de la inmediatez actual. «Tened el valor de deteneros, de escuchar dentro de vosotros mismos y de preguntarle a Dios qué sueña para vosotros», ha dicho con la convicción de quien sabe que Dios responde en el silencio de la oración.

Además, ha lanzado un reto a los fieles laicos: ser «sal, luz y levadura» en la sociedad. «Quien escucha a Dios que llama no puede ignorar el grito de tantos hermanos y hermanas que se sienten excluidos, heridos, abandonados», recuerda en su misiva.

Vocaciones, sí, y con acompañamiento real

En ese panorama, Francisco exhorta a los acompañantes espirituales para que no teman guiar a los jóvenes en su camino vocacional. Les invita a ser personas capaces de «escuchar y acoger respetuosamente», a ser modelos de confianza en las que los jóvenes puedan apoyarse. Acompañar las vocaciones, según el Papa, no es solo una responsabilidad, sino una misión que requiere «confiada y paciente esperanza».

El Pontífice también subraya la necesidad de incluir en los itinerarios educativos y pastorales «espacios adecuados de acompañamiento de las vocaciones», favoreciendo la apertura espiritual de los jóvenes para escuchar la voz de Dios. La Iglesia, afirma Francisco, necesita personas dispuestas a decir «sí» al Señor con confianza y esperanza, ya sea como pastores, religiosos, misioneros o esposos.

Para Francisco, «la vocación nunca es un tesoro que permanece cerrado en el corazón», sino que crece y se fortalece en la comunidad, donde la oración y el apoyo de los hermanos son esenciales. Explica que nadie puede responder solo a la llamada de Dios; es en la vida compartida donde la vocación se vive plenamente. De este modo, la Iglesia se mantiene «viva y fecunda» al generar nuevas vocaciones, mientras que el mundo, «muchas veces sin saberlo», busca testigos de esperanza que con su vida demuestren que seguir a Cristo es «fuente de alegría».

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