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Imagen del cónclave en el que fue elegido el Papa Francisco, 12 de marzo de 2013

Imagen del cónclave en el que fue elegido el Papa Francisco, 12 de marzo de 2013Osservatore Romano/AFP

Italia seguiría 'mandando' en un eventual Cónclave, aunque con menos peso que antes

Con un Colegio Cardenalicio donde la mayoría de electores llevan el sello de Francisco, la pregunta es inevitable: ¿su sucesor seguirá su línea o habrá un giro de veleta en la dirección de la Iglesia?

Si hoy se celebrara un Cónclave, Italia llevaría la voz cantante. Con 17 cardenales electores, los purpurados italianos forman el grupo más numeroso con derecho a elegir al próximo Pontífice. En la actualidad, hay 137 cardenales electores, lo que significa que los italianos representan el 12,4% del total, según datos del portal Verdad en Libertad. Aun así, siguen lejos de los 28 que participaron en la elección de Francisco en 2013.

El retroceso italiano en el Cónclave es una de las transformaciones más evidentes del papado de Francisco, quien ha redibujado el mapa del poder cardenalicio. Con sus nombramientos, la presencia de Italia entre los electores se redujo un 42%, una caída notable en un país históricamente muy presente en la Iglesia.

España, Francia e India comparten el podio

Si bien entre los electores, Italia sigue siendo el grupo más numeroso, Estados Unidos se mantiene firme en la segunda posición con 10 cardenales electores, aunque en el último consistorio que se celebró el pasado 7 de diciembre no hubo nuevos nombres estadounidenses. Brasil, por su parte, tiene el tercer puesto con siete purpurados y España, Francia e India comparten podio con 5 electores cada uno.

De los crecimientos más llamativos están el de Europa, que aumentó su presencia de 49 a 53 cardenales electores. Asia también ganó peso y pasó de 20 a 24, mientras que Hispanoamérica cuenta con 22 cardenales con derecho a voto. África suma 18, América del Norte 16 y Oceanía, cuatro.

Francisco deja su sello: el 80% de los cardenales electores son suyos

El Papa Francisco ha imprimido su huella en el Colegio Cardenalicio. De los 137 electores que decidirán el futuro de la Iglesia, 109 han sido nombrados por él, lo que supone cerca del 80% y que cuatro de cada cinco purpurados hayan sido creados por el Pontífice argentino. En contraste con los otros electores, solo cinco fueron designados por Juan Pablo II y 23 por Benedicto XVI.

Su ritmo de nombramientos es superior al de sus predecesores: mientras Juan Pablo II creó un promedio de ocho cardenales electores por año y Benedicto XVI unos nueve, Francisco ha designado más de 11 anuales.

Más allá del número, su estrategia ha apostado por la diversidad. Con sus últimos nombramientos, el Colegio Cardenalicio no solo ha rejuvenecido (la edad promedio de los electores ha bajado de 71 a 69 años), sino que también ha ampliado su representación geográfica. La Iglesia suma ahora cardenales de países como Irán, Indonesia y Japón, elevando el número de naciones representadas de 89 a 94.

Entre los rostros más jóvenes destacan el australiano Mykola Bychok, con apenas 44 años, el lituano Rolandas Makrickas (52) y el canadiense Francis Leo (53).

El próximo Cónclave: ¿continuidad o cambio?

Entre los nombres italianos que podrían tener peso en la un eventual cónclave destacan figuras clave como Pietro Parolin, actual secretario de Estado de la Santa Sede y uno de los hombres más influyentes en la diplomacia vaticana, así como Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y cercano a la comunidad de Sant'Egidio, con una fuerte trayectoria en mediación y diálogo.

También sobresale Angelo De Donatis, penitenciario mayor– una figura de peso en la Curia Romana que se encarga de cuestiones relacionadas con el perdón de pecados–, y Marcello Semeraro, prefecto del dicasterio para las Causas de los Santos, de estrecha confianza del Santo Padre.

Con un Colegio Cardenalicio donde la mayoría de electores llevan el sello de Francisco, la pregunta es inevitable: ¿su sucesor seguirá su línea o habrá un giro de veleta en la dirección de la Iglesia?

Aunque nadie puede predecir el futuro, lo que sí es seguro es que el equilibrio de fuerzas ha cambiado. Italia sigue siendo el país más representado, pero ya no es 'la dueña' del Cónclave. Y el próximo Papa, sea quien sea, deberá gobernar una Iglesia con un rostro más global que nunca.

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