
Vía Crucis del Viernes Santo en el Coliseo
Tras su salida del Gemelli, así podría ser la Semana Santa con el Papa Francisco en el Vaticano
Aunque los detalles oficiales aún no se han concretado, diversas «hipótesis» están sobre la mesa para garantizar que la Semana Santa tenga un 'plan B'
Tras más de un mes de hospitalización, el Papa Francisco ha recibido este domingo el alta médica. Aunque su recuperación sigue siendo gradual, hay motivos para la esperanza. Después de superar una neumonía bilateral, el Pontífice continúa con su convalecencia en su residencia de Santa Marta, en el Vaticano, donde comenzará a retomar su ritmo de vida, pero sin prisa, ya que, según ha dicho, necesita al menos dos meses de recuperación y, ante todo, actuar con prudencia.
La evolución de su salud será determinante para decidir si está en condiciones de presidir los ritos más importantes del calendario litúrgico que se avecina. El equipo médico ha sido claro al señalar que, en las próximas semanas, se evaluarán las mejoras del Pontífice para tomar decisiones sobre las celebraciones de Pascua.
Por el momento, se desaconsejan grandes esfuerzos, encuentros multitudinarios o audiencias programadas, ya que el foco sigue siendo su recuperación. Este periodo de descanso será clave para garantizar que el Papa pueda volver a sus actividades con total salud y fuerza.
¿Necesidad de un 'plan B'?
Sin embargo, la agenda de la Iglesia no espera. Ante esta situación, se están considerando diferentes alternativas, aunque por el momento no se han concretado detalles oficiales.Un primer indicio de lo que podría venir se vio en la celebración del Miércoles de Ceniza, donde el cardenal Angelo De Donatis, vicario de Roma, sustituyó al Papa, marcando lo que parecía ser un ensayo de lo que vendría. En los próximos días se podría esperar que otras figuras clave, como el Secretario de Estado Pietro Parolin, asuman un papel más visible en las celebraciones.
Según las declaraciones de la Oficina de Prensa, aún no se ha tomado ninguna decisión definitiva sobre cómo se procederá durante la Semana Santa, y todo lo que se comenta en los medios sobre los ritos son meras «hipótesis». Sin embargo, es evidente que la salud del Papa evoluciona constante pero lentamente, y dado que su alta hospitalaria ya se ha producido, pero su recuperación aún está en curso, se hace necesario considerar alternativas para las celebraciones litúrgicas. La prudencia sigue siendo clave en este proceso.

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Flexibilidad ante todo
La Semana Santa en Roma se vive de manera diferente a la de España. Mientras que en buena parte de la península ibérica las procesiones comienzan el Viernes de Dolores (la semana antes al Viernes Santo), en la capital italiana no existe esa tradición. En su lugar, los distintos eventos se concentran especialmente en el Triduo Pascual: Jueves, Viernes y Sábado Santo, además de la celebración del Domingo de Resurrección, que culmina con la bendición «Urbi et Orbi» desde el balcón de la basílica de San Pedro.
El Vaticano ha demostrado en los últimos tiempos su capacidad de adaptación. El modelo de delegación, en el que distintos cardenales presiden celebraciones en nombre del Papa, se ha vuelto un recurso habitual, especialmente en las últimas ediciones del Jubileo, y que también se ha aplicado en más de una Semana Santa. No sería la primera vez, ni quizás la última, que Francisco siguiera el Vía Crucis desde su residencia en Casa Santa Marta en lugar de presidirlo en el Coliseo de Roma.
El año pasado, el Vaticano justificó su ausencia asegurando que se trataba de una medida para «preservar su salud» y permitir que pudiera estar presente en los oficios más relevantes, como la Vigilia Pascual y la Misa del Domingo de Resurrección. Este año, el escenario podría volver a repetirse, con un Papa que sigue recuperándose y un Vaticano que, sin improvisar, parece tener claro el camino a seguir.
Una presencia virtual
Si la recuperación del Papa avanza favorablemente en las próximas semanas, es posible que pueda estar presente, aunque de forma limitada, en algunos de los momentos más importantes de la Semana Santa. Sin embargo, su participación en largas ceremonias sigue siendo una incógnita. Como en situaciones anteriores, Francisco podría optar por intervenir a través de vídeo mensajes o conexiones en directo desde la capilla de su residencia en Casa Santa Marta, tal y como sucedió durante el Jubileo de las Fuerzas Armadas, la Policía y los Cuerpos de Seguridad.

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Ante esta situación, el Vaticano ya maneja alternativas para garantizar el desarrollo de los oficios sin contratiempos. Algunos medios de comunicación apuntan a que serán figuras clave como el secretario de Estado, Pietro Parolin; el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re; el vicario de Roma, Baldassare Reina, o el cardenal Angelo De Donatis quienes asumirán la tarea de presidir las celebraciones en su nombre.
La Semana Santa vaticana dará comienzo el 13 de abril con la misa del Domingo de Ramos y tendrá su punto álgido durante el Triduo Pascual. Entre los actos más simbólicos destaca la misa del Jueves Santo y el tradicional lavatorio de pies, una ceremonia en la que el Papa solía acudir a una cárcel romana. Aunque su presencia física en algunas celebraciones es incierta, lo que parece claro es que la Semana Santa en el Vaticano seguirá adelante.