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Esta es la cantidad de sal que debes tomar al día para evitar problemas

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi todos los grupos de población consumen demasiado sodio

La sal es la fuente principal de sodio en nuestra dieta, un elemento que necesita nuestro organismo para diversas funciones, entre las que se encuentra el correcto funcionamiento de las células y la regulación del equilibrio de fluidos, electrolitos y de la presión arterial. Sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que casi todos los grupos de población consumen demasiado sodio, lo que, a la larga, puede ser perjudicial para la salud.

La recomendación general para los adultos es una ingesta inferior a los 2.000 mg/día de sodio, es decir, menos de 5 g/día de sal, poco menos de una cucharadita, mientras que para los niños de 2 a 15 años debe ser inferior, y ajustarse en función de las necesidades energéticas de los mismos. Los niños de entre 0 y 24 meses no deben consumir sal.

No vale cualquier sal

Además es importante recalcar que no cualquier sal vale. Toda la sal que se consuma debe ser sal yodada, la sal común que encontramos en la gran mayoría de cocinas, fortificada con yodo, algo esencial para optimizar las funciones mentales de las personas en general.

La sal yodada es beneficiosa porque previene trastornos por deficiencia de yodo, como el bocio, una enfermedad en la que la tiroides se agranda. Además, una ingesta adecuada de yodo es vital para evitar problemas como el hipotiroidismo (funcionamiento lento de la tiroides), así como para promover un desarrollo cognitivo saludable en los niños. Desde hace décadas, muchos países han impulsado el uso de sal yodada para combatir estas deficiencias en la población, ya que es una forma sencilla y accesible de asegurar que las personas reciban suficiente yodo en su dieta diaria.

Los problemas de consumir demasiada sal

El exceso de sal en la dieta es un importante problema de salud pública muy extendida por todo el mundo. Se calcula que 1,89 millones de muertes anuales están asociadas con el consumo excesivo de sodio, una causa bien establecida del aumento de la tensión arterial y de un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

El consumo excesivo de sal se asocia además al cáncer gástrico, a la obesidad, a la osteoporosis, al síndrome de Méniêre y a diversas enfermedades renales.

Para reducir la ingesta de sodio la OMS hace las siguientes recomendaciones:

  • Comer principalmente alimentos frescos y mínimamente procesados
  • Elegir productos bajos en sodio (menos de 120 mg/100 g de sodio)
  • Cocinar con poco o nada de sodio/sal añadida
  • Usar hierbas y especias para dar sabor a los alimentos, en lugar de sal
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