¿Es posible morir de miedo? Esto es lo que dice la ciencia
Un gran susto, excitación extrema o un enorme disgusto desencadenan la liberación de muchas sustancias de estrés a la sangre
En estos días en los que la cartelera está repleta de películas de terror, los restaurantes y discotecas decorados con fantasmas y por los parques temáticos o de atracciones pasean zombis y brujas, la pregunta obligada es: ¿Es posible morir de miedo?
Expertos de la Fundación Española del Corazón afirman que sí, morir de un susto es posible aunque, aseguran es poco frecuente. «Un gran susto, excitación extrema o un enorme disgusto desencadenan la liberación de muchas sustancias de estrés a la sangre», explican los profesionales quienes añade: «Esto podría relacionarse con lo que se denomina miocardiopatía de estrés. Dicha enfermedad comparte muchas similitudes con un infarto de miocardio, entre ellas dolor torácico y una disminución transitoria de la contractilidad (la «potencia») del corazón, que quedaría como 'atontado'. Se ha visto que se produce más cuando hay catástrofes naturales, guerras e incluso se ha descrito en el contexto de los mundiales de fútbol».
Por qué se produce
La miocardiopatía, también conocido como el síndrome del corazón roto –por el intenso dolor emocional y físico que se siente ante una pérdida– o síndrome de Takotsubo es una enfermedad rara que puede confundirse con el infarto cardíaco mucho más común y peligroso.
Los síntomas son similares a los de un infarto: dolor agudo en el pecho, un electrocardiograma con los cambios típicos y la liberación de aquellas enzimas asociadas a la cardiopatía habitual. Sin embargo, tan pronto como se realiza una coronariografía, para descubrir el lugar donde se formó la oclusión que impide que la sangre llegue al corazón, no se encuentra nada. En el infarto, esta oclusión provoca la muerte de varias células del corazón.
Afecta principalmente a mujeres en el período posmenopáusico, cuando ya no están protegidas por las hormonas estrógenos, y se asocia con un fuerte estrés emocional, como un duelo, en el 80 % de los casos. Esta es la razón por la que a menudo se asocia con un corazón roto.
El Departamento de Medicina Cardiovascular de la Universidad Católica-Policlínico Gemelli de Roma, identificó el mecanismo subyacente de esta peculiar patología. Uno de los responsables del estudio, el profesor de cardiología el Dr. Filippo Crea, explica que «en el 80 % de los pacientes, los síntomas desaparecen espontáneamente al cabo de un par de semanas, sin dejar rastro, mientras que en los demás casos el daño persiste. El hecho es que el daño que provoca este síndrome está en el corazón pero no en las coronarias».
Espasmo microvascular es reversible
El área donde se localiza la disfunción es la región apical del corazón. Debido a esto, el corazón adquiere la forma característica de un globo de aire, o, como los japoneses observaron: de una trampa local para pulpos. El Tako-Tsubo es, de hecho, el nombre de esta olla en japonés.
Los investigadores también demostraron que este espasmo microvascular es reversible y, una vez superada la fase aguda se resuelve la disfunción microvascular causante de los síntomas. «Por lo general, los pacientes no quedan con ningún daño, porque la disminución de la entrada de sangre es lo suficientemente grave como para evitar que el corazón se contraiga correctamente, y de ahí la forma de globo, pero no lo suficiente como para determinar la muerte de las células sanguíneas, que es lo que normalmente ocurre en un infarto», concluye el profesor Filippo Crea.
Tratamiento
Por su parte, el Dr. Alfonso Valle Muñoz, presidente de la Sociedad Valenciana de Cardiología, explica que no hay un tratamiento estándar. Básicamente, es similar al de un infarto de miocardio hasta confirmar el diagnóstico.
Una vez confirmado el diagnóstico, seguramente se disminuirán los medicamentos, y se quedará como tratamiento los inhibidores de la angiotensina, beta-bloqueantes o diuréticos y añade: «El fin de esta medicación es recuperar la función cardiaca, reducir el estrés sobre el miocardio y disminuir el exceso de líquido que se haya podido acumular. Una vez producida la recuperación completa, no sería necesario tomar medicación», concluye.