El desconocido cáncer de vejiga que ocupa el quinto puesto en España: «Nos falta conocimiento»
El doctor Enrique Grande explica las principales causas de estos tumores, los tratamientos y cómo prevenirlos
Seguramente no lo sepas, pero el pasado 5 de mayo fue el Día Mundial del Cáncer de Vejiga, una enfermedad con cierta relevancia en el mundo sanitario, pero muy desconocida por la población que afectará a casi 22.000 personas este año. A pesar de esto, casi la mitad de los españoles afirma no haber oído hablar de esta patología y más del 85 % de los españoles no conoce los factores de riesgo del cáncer de vejiga.
Según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica, este tipo de cáncer es uno de los más frecuentes en el país, ya que los más diagnosticados este año serán los de colon y recto (42.721 nuevos casos), mama (35.001), pulmón (31.282), próstata (29.002) y vejiga urinaria (21.694). Enrique Grande, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital MD Anderson Cancer Center de Madrid, ha explicado los problemas de esta enfermedad, su tratamiento y síntomas, entre otras cosas.
–El cáncer de vejiga cada vez tiene más incidencia en España, pero no se conoce, ¿podría explicarme qué es?
–A lo que llamamos cáncer de vejiga en el 90 % de las veces es lo que conocemos como cáncer urotelial de vejiga porque sale del urotelio que es la capa más interna y que forma la vejiga. Es decir, es la capa que está en contacto con la orina directamente. Cuando una célula del urotelio pierde la capacidad de controlar su proliferación, es cuando da lugar a ese cáncer, que es el quinto en frecuencia en España, por lo cual es un tumor muy relevante.
Por suerte, en la mayoría de los casos, se cree que un 70 %, son tumores que están solamente sobre el urotelio, es decir, crecen, pero no entran hacia capas más profundas de la vejiga. Y esto tiene un impacto brutal en cuanto a la capacidad de curar estos tumores. Porque una sola gota de sangre que salga de estos tumores ya tiñe toda la orina. Entonces el paciente al ver la hematuria, al ver la sangre se asusta, va al médico y eso es lo que permite ese diagnóstico precoz en la mayoría de los pacientes.
–Una vez el paciente ve la gota de sangre y va al médico. ¿Cuál es el tratamiento y el procedimiento?
–Lo primero que hay que hacer es diagnosticarlo y filiarlo. Es decir, no toda sangre en la orina significa cáncer. De hecho, en la mayoría de los casos lo único que produce simplemente es una inflamación, normalmente asociada a infección, por eso hay que filiarlo bien. Para ello, se mete una camarita por la uretra, se ve el interior de la vejiga y ahí es donde se ve el si el paciente tiene un tumor o no. En caso de que lo tenga se toma una biopsia y a partir de ahí se empieza el tratamiento.
Este tratamiento normalmente es local porque la mayoría de los pacientes tienen tumores localizados, de tal manera que lo que haces es a través de la uretra raspar ese tumor. Eso es lo que se llama la resección transuretral. Mediante esta técnica, más o menos vamos a curar a más de la mitad de los pacientes. Sin embargo, hay veces que, o bien el tumor recidiva, –lo raspas, pero vuelve a salir–, o llega un momento que infiltran capas más profundas de la vejiga.
La vejiga es como un globo, se llena cuando tiene orina y se vacía para eliminar la orina. Ese vaciamiento se produce porque la vejiga está formada por un músculo, que es lo que hace en esa contracción para poder orinar. Cuando el tumor que está en la capa más interna penetra en el interior, en la mayoría de ocasiones ya tenemos que hacer uso de la quimioterapia. Además, también tenemos otros tipos de tratamiento como la inmunoterapia y nuevos fármacos.
–Doctor, ¿este tumor influye en la calidad de vida de los pacientes?
–Mucho. Uno cuando orina con sangre se asusta. Y, claro, lógicamente intenta controlarlo. Por otra parte, también se suele asociar a sintomatología del tracto urinario bajo. ¿Eso qué significa? Que tenemos síntomas de una infección de orina, por lo tanto, tenemos unas ganas tremendas de miccionar y cuando lo hacemos nos quedamos con ganas. De hecho, muchos de los pacientes con cáncer, al principio, se confunden con infecciones urinarias y se tratan como infecciones urinarias.
Cuando el tumor ya va avanzando aparecen otros síntomas como puede ser el dolor, el cansancio, la pérdida de peso, apetito, etcétera. Pero eso ya nos traduce que la enfermedad ya no solamente está avanzando por la pelvis, sino también probablemente que haya dado metástasis a distancia.
En función del estadio tumoral o de la etapa en la que se encuentra el tumor habrá unos tratamientos más localizados u otros tratamientos más sistémicos, normalmente por la vena.
–¿Cuáles son los factores de riesgo en esta en este tipo de cáncer?
–El fumar es el principal factor de riesgo. Un paciente que no fuma tiene hasta tres veces menos posibilidades de tener cáncer de vejiga. Con lo cual hay que intentar concienciar a la gente de que, por favor, no fume. Porque dejando de fumar se reducen a la mitad este tipo de cánceres.
Luego hay otros factores asociados, como por ejemplo, la toma de ciertos fármacos, como pueden ser los antiinflamatorios durante largos períodos de tiempo y a dosis altas.
Tradicionalmente, se consideraban tumores de las peluqueras, porque las lacas que se utilizaban antes tenían unos sprays, y dentro de esos sprays había unas sustancias carcinógenas que no eran peligrosas para el usuario, pero si para las peluqueras que estaban continuamente expuestos a esos agentes, ya que estaban en el aire que inhalaban. Estas mujeres eliminaban estas sustancias por la orina y al eliminar su orina estas sustancias se depositaban en la vejiga y daban lugar a este tipo de cáncer.