Reino Unido alienta a sus ciudadanos a recibir la eutanasia: «Si mueren después de los 75, los herederos pagarán más»
Esta situación se ha complicado aún más después de que los diputados aprobasen el pasado 29 de noviembre por 350 votos a favor y 275 en contra el proyecto de ley
Desde que a finales de noviembre el Parlamento británico aprobó en la Cámara de los Comunes (baja) el Proyecto de ley sobre adultos con enfermedades terminales (final de la vida), que permite a los enfermos en etapas terminales mayores de 18 años pedir la eutanasia, los políticos a favor de esta controvertida práctica están haciendo todo lo posible para que los ciudadanos también apuesten por ella. ¿Cómo? Coaccionando a los británicos con las herencias.
Actualmente, los legados económicos en Reino Unido están libres de impuestos para las personas que la hereden. Si mueren después de esa edad, sus beneficiarios deberían pagar el 45 % del impuesto sobre la renta por lo que reciben. Según explica Andrew Tully, especialista en pensiones, a The Telegraph, si la eutanasia se legaliza, una persona cercana a cumplir esa edad podría enfrentarse a la difícil decisión de prolongar su vida o salvar a las familias de una deuda elevada.
Por ejemplo, explica el medio británico, si una persona falleciera a los 75 años con 500.000 libras en su fondo de pensión, el beneficiario podría pagar 225.000 libras en impuestos si optara por recibirlo como una suma global. Sin embargo, si la persona falleciera antes de su 75 cumpleaños, esta carga fiscal sería cero.
Esta situación se ha complicado aún más después de que los diputados aprobasen el pasado 29 de noviembre por 350 votos a favor y 275 en contra el proyecto de ley presentado por primera vez por la diputada laborista Kim Leadbeater que permite a los enfermos decidir morir antes de pasar por cuidados paliativos.
Qué quieren legalizar
Este controvertido proyecto de ley legalizará, entre otras cosas, que en Inglaterra y Gales, los mayores de 18 años que padezcan una enfermedad terminal reciban asistencia para morir. Además, a diferencia de propuestas pasadas, la iniciativa de Leadbeater impone más requisitos a los interesados y convierte en delito, con penas de hasta 14 años, presionar, coaccionar o engañar a alguien para que se quite la vida o declare que quiere acabar con ella.
Al hilo, el documento aprobado declara que los pacientes interesados que quieran morir deben llevar al menos 12 meses recibiendo atención de su médico de cabecera –el cual que afirme su condición–, y ser residentes en Inglaterra o Gales. Asimismo, el enfermo debe ser el único que tome la decisión; por lo tanto, su condición de salud mental debe ser óptima.
Para que esto se cumpla, la diputada laborista ha establecido que los afectados tendrán que hacer dos declaraciones separadas, con testigos y firmadas, sobre su deseo de morir. Además, deberán someterse a la evaluación de dos médicos y obtener una orden judicial. Cuando esto esté claro, el médico será el encargado de preparar el antídoto letal, pero solo el paciente podrá suministrárselo.