
Cerdo
Descubren que un hígado de cerdo modificado genéticamente podría funcionar trasplantado en una persona
Este tipo de experimentos podrían ofrecer una alternativa a la espera de un trasplante hepático humano, en situaciones donde se necesite una solución temporal
La ciencia y la tecnología siguen avanzando a pasos agigantados. Este miércoles ha salido a la luz un caso esperanzador: el primer trasplante de un hígado de cerdo genéticamente modificado a una persona en muerte cerebral. Esto sugiere que este órgano podría sobrevivir y desempeñar su función en un cuerpo humano, algo que podría abrir la posibilidad de que, en el futuro, se utilice como terapia puente hasta conseguir un trasplante definitivo.
Un estudio publicado en la revista Nature detalla los resultados de este xenotrasplante (trasplante de un órgano animal a un humano), realizado por un equipo de investigadores en el Hospital Militar Xinjin en China, hace aproximadamente un año. El receptor del trasplante era una persona en muerte cerebral, y el objetivo del procedimiento fue evaluar el funcionamiento del órgano y verificar si ocurría algún rechazo durante un periodo de 10 días, tiempo autorizado por la familia y llevado a cabo bajo la supervisión del comité de ética del hospital.
El grupo de trabajo, dirigido por Ke-Feng Dou, utilizó un hígado de cerdo miniatura Bama, al cual se le editaron seis genes relacionados con el rechazo o que facilitan la compatibilidad entre especies. El hígado es un órgano complejo de trasplantar debido a las múltiples funciones que desempeña en el cuerpo humano.
En cuanto a la técnica empleada, el investigador Lin Wang, uno de los autores del estudio, explicó en una rueda de prensa virtual que se trató de un trasplante heterotópico auxiliar, lo que significa que el órgano original del paciente no fue retirado y el nuevo hígado se implantó en una zona diferente de la cavidad abdominal. Esto permitió al equipo evaluar cómo funcionaba el hígado porcino junto al del receptor. Wang calificó el resultado de «logro», ya que el hígado de cerdo fue capaz de proporcionar un «apoyo adicional» al órgano humano.Los investigadores concluyeron en su estudio que los resultados indicaban que el hígado porcino pudo sobrevivir en el cuerpo humano y comenzó a funcionar correctamente. Además, señalaron que las técnicas actuales de xenotrasplante hepático podrían ser más adecuadas como una terapia puente para personas con insuficiencia hepática aguda que esperen un hígado humano.
Sin embargo, Lin advirtió que, por el momento, esto sigue siendo una hipótesis, ya que no se sabe cuánto tiempo el órgano porcino podría seguir funcionando en el cuerpo humano. El procedimiento duró solo diez días, y el equipo subraya que se necesitarán más estudios para comprender los efectos a largo plazo.
El estudio también destaca que se deben desarrollar métodos más efectivos de xenotrasplante ortotópico (reemplazo directo de un órgano por otro) de hígado de cerdo en humanos, para futuras aplicaciones clínicas. De hecho, hace unos meses, el equipo llevó a cabo otro trasplante en un paciente en muerte cerebral, en el que se sustituyó el hígado humano por uno de cerdo.
En cuanto a los resultados del estudio, durante los diez días de prueba, solo se midieron las funciones básicas del hígado, como la producción de bilis, albúmina y el flujo sanguíneo, además de las respuestas inmunitarias e inflamatorias. El seguimiento mostró que el hígado porcino mantuvo estable el flujo sanguíneo, no presentó signos de rechazo hiperagudo y las respuestas inmunológicas fueron controladas con inmunosupresores. Los investigadores confirmaron que el injerto se mantuvo funcional hasta la conclusión del estudio, aunque reconocieron las limitaciones del trabajo, como la duración de solo diez días y la medición de funciones hepáticas básicas. Por ello, señalan que serán necesarios más estudios para evaluar los resultados a largo plazo.
Rafael Matesanz, fundador de la Organización Nacional de Trasplantes de España, quien no participó en el estudio, consideró que el procedimiento fue satisfactorio para los objetivos establecidos y que podría ser utilizado en un futuro cercano.
Asimismo, Matesanz destacó que este tipo de experimentos podrían ofrecer una alternativa a la espera de un trasplante hepático humano, en situaciones donde se necesite una solución temporal. Por su parte, Iván Fernández, investigador de la Universidad de Oviedo, calificó el estudio como un «hito» en la historia de la xenotrasplantación hepática, aunque recomendó cautela debido a que se trata de un único caso, lo que dificulta sacar conclusiones generales.
Finalmente, el profesor Peter Friend, de la Universidad de Oxford, subrayó la importancia de este estudio, ya que representa un avance en el campo de los xenotrasplantes, aunque señaló que, al no haberse extirpado el hígado original del paciente, no es posible determinar con certeza hasta qué punto este xenoinjerto habría podido sustentar a una persona con insuficiencia hepática grave.