
Fototeca Manuela
Centenario de Pepe Luis Vázquez, el 'Sócrates' del Toreo
Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Medalla de Andalucía, y en la lista de los diez toreros más importantes del siglo XX, su estatua solemne cita al toro a las puertas de la Maestranza, el albero que, junto a las Ventas, lo hará inmortal
A nadie se le nombraría Sócrates en su oficio, a menos que, como dijo de él Manolete, «su toreo chorreara almíbar», o que su esencia de cristal fino, –fuera– la transparencia misma hallando su cauce, según versos de Gerardo Diego.
Para ser bautizado así, y que ese nombre atraviese la telúrica sombra de los años, hace falta una vocación y un gusto que no se pierda entre la quebradiza memoria del aficionado y el arranque inmisericorde de ese toro que, tarde o temprano, a todos nos desarma.
Un niño que torea de salón
Y así fue desde el principio. Pues Pepe Luis Vázquez recibirá la primera de sus muchas ovaciones toreando de salón en la calle, rodeado de obreros que, a la salida de la fábrica, confirmarán su futura torería excepcional.
Bajo la advocación inspiradora de Belmonte y Chicuelo, echa a rodar la leyenda un 18 de julio de 1937 en Algeciras, junto a Antonio Bienvenida, y vestido de celeste y oro, como no podía ser de otra manera. Y un 5 de junio del año siguiente, Manolete y Calderón lo acompañan en su debut con picadores, ya en Sevilla.Torero de Sevilla y de Madrid
Al rumor de una grandeza naciente que corría de boca en boca de los aficionados, le siguió un lleno expectante en Sevilla el 15 de agosto de 1940, apadrinado por Pepe Bienvenida, que le cede el toro Sabihondo, ante la mirada de Rafael Vega de los Reyes, Gitanillo de Triana. Pepe Luis, recibirá fuertes ovaciones, dando una vuelta al ruedo para cada toro y siendo obligado a saludar en los medios.
En la Feria de San Miguel de 1940 triunfa en la Maestranza como matador de toros, al cortar dos orejas junto a Luis Fuentes Bejarano y Pepe Bienvenida; y confirmó su alternativa en Madrid, el 20 de octubre del mismo año, apadrinado por Marcial Lalanda, y siendo testigo del acontecimiento Rafael Ortega Gallito.
El 18 de octubre de 1942, en la Plaza de Las Ventas de Madrid, cortó dos orejas a su primer toro en la despedida de Marcial Lalanda, quien cortó tres, y le acompañó en la riada hecha multitud que los sacó a hombros por la puerta grande.
Pepe Luis Vázquez, se convirtió en un torero excepcional de la escuela sevillana, digno y fiel reflejo de El Gallo, de Joselito, de Belmonte, Bienvenida y Chicuelo.
Medalla de oro al mérito en las Bellas Artes y torero eterno
El Sócrates de San Bernardo se distinguió por su arte, conocimiento técnico, capacidad de transmisión de un sentimiento de pureza inigualable y gracia sevillanísima. Soberbias y memorables fueron sus verónicas, su característico cartucho de pescao con la muleta, sus naturales citando de frente con los pies juntos y sus kikirikíes.
Pepe Luis Vázquez, se retiró en 1953 y reapareció tres años después, despidiéndose definitivamente el 20 de septiembre de 1959 en Las Ventas, donde se vistió de luces por última vez junto a su hermano Manolo Vázquez para confirmar la alternativa de otro eslabón de fino oro sevillano, el maestro Faraón de Camas, Curro Romero.
Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Medalla de Andalucía, y en la lista de los diez toreros más importantes del siglo XX, la estatua solemne de Pepe Luis Vázquez cita a un toro a las puertas de la Maestranza, el albero que junto a Las Ventas, lo hará inmortal.