El estoicismo como clave para conseguir cinco propósitos comunes de Año Nuevo
El estoicismo es en sí un propósito de Año Nuevo. Podría decirse que es el gran propósito si uno descubre los deseos más habituales que lo conforman
Los nuevos propósitos (que no son nuevos, sino que se repiten cada 365 días) son un clásico de Año Nuevo. Casi todas las personas tienen deseos incumplidos, retos personales y decisiones siempre pospuestas para mejorar su vida. El estoicismo es en sí un propósito de Año Nuevo. Podría decirse que es el gran propósito si uno descubre los propósitos mas comunes que lo conforman.
Con esa lista de propósitos y sus correspondientes resoluciones podría elaborarse un manual estoico, o puede que ese manual ya esté hecho en las obras de Séneca, en las palabras de Epicteto o en las Meditaciones de Marco Aurelio. Veamos algunos de los propósitos de Año Nuevo más habituales y si tienen su debida respuesta en la filosofía estoica.
Comer de forma saludable
Epicteto dijo que nadie es libre si no es dueño de sí mismo. Con este sencillo principio, cuando se come y se bebe llevado por los impulsos, sin control de uno mismo, se es esclavo de dichos impulsos. Aquí entra la llamada dicotomía de control, que es la decisión personal de rechazar lo que no está bajo nuestro control: «De nosotros dependen el juicio, el impulso, el deseo, el rechazo, y en una palabra, cuanto es asunto nuestro. Y no dependen de nosotros el cuerpo, la hacienda, la reputación, los cargos y en una palabra, cuanto no es asunto nuestro», dijo Epicteto.
Hacer ejercicio
Juvenal escribió en sus sátiras: "Se debe orar que se nos conceda una mente sana en un cuerpo sano. Pedid un alma fuerte que carezca de miedo a la muerte.
Que considere el espacio de vida restante entre los regalos de la naturaleza, que pueda soportar cualquier clase de esfuerzos, que no sepa de ira, y esté libre de deseos y crea que las adversidades y los terribles trabajos de Hércules son mejores que las satisfacciones, la fastuosa cena y la placentera cama de plumas de Sardanapalo.
Te muestro lo que tú mismo puedes darte, con certeza que la virtud es la única senda para una vida tranquila"
El equilibrio del alma y el cuerpo es uno de los principios estoicos, quienes decían que había que prestar atención a la mejor parte, el alma, pero que también hay que ocuparse de otros aspectos, como el cuerpo, para que aquella no se vuelva defectuosa.
Séneca dijo que «Todos los excesos son malos, pero ninguno peor que el exceso de comodidad». Los estoicos se entrenaban contra el calor, contra el hambre o contra el frío. Entrenar el cuerpo es entrenar la mente, del mismo modo que entrenar la mente, a través del control, es entrenar el cuerpo.
Dejar de discutir
«Cuando cualquier persona te trate mal o hable mal de ti, recuerda que lo hace porque cree que es su deber. Por tanto, es incapaz de seguir aquello que te parece correcto a ti, solo hace lo que le parece correcto a ella». Este «es solo su opinión» es un precepto fundamental. Séneca dice: «Importa mucho más lo que tú piensas de ti mismo que lo que los otros opinen de ti», y Marco Aurelio piensa: «Si te amas tanto a ti mismo, préstale más atención a lo que piensas sobre ti que a lo que opinan los demás». Verdaderas reglas para rechazar entrar en una discusión sobrevolando su insignificancia: «Decide que no te dañarán, y no serás dañado. Decide que no te sentirás dañado, y no lo serás», dice también Marco Aurelio.
Vivir positivamente
Los estoicos creen que es posible vivir bien en cualquier situación, siempre que se tenga el estado de ánimo adecuado. En realidad la filosofía estoica podría considerarse un solo principio para todas las circunstancias de la vida, que bien pueden repetirse en todos estos propósitos unidos, donde la disciplina, la tranquilidad emocional o la razón son las claves de todo. Cualquiera que sea la mala suerte o la adversidad, no debe afectar al estado de ánimo. Tarea difícil por la que hay que esforzarse en cultivar y mantener un estado de ánimo positivo. Dejar pasar los pensamientos negativos y rechazar las emociones negativas. Practicar la virtud, buscarla, para también alejarse de los vicios y las malas acciones.
No sentir envidia
Los estoicos insisten en concentrarnos en nosotros y no en los demás. Séneca escribió que lo primero que un rey debe de aprender es soportar la envidia, debido a que esta es un sentimiento inútil que nos impide que avancemos en nosotros mismos y seamos mejores. El estoicismo es un análisis profundo de nuestra propia naturaleza, y aquí vuelve el concepto del autocontrol, como tantos otros, en la concentración por lo que verdaderamente importa: la búsqueda de la virtud para intentar alcanzar la felicidad. Vencer a la envidia es como vencer el impulso del apetito, el de la pereza, el de las disputas, el de la negatividad o el de la envidia y conseguir cualquier propósito, sea en año nuevo o viejo.