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Andrés Amorós
Crónica deAndrés AmorósMadrid

Cornada en la espalda y oreja al mexicano Isaac Fonseca

También Francisco José Espada sufre traumatismo craneoencefálico

Actualizada 00:46

El mexicano Isaac Fonseca, corneado en el último toro de la tarde, de 573 kilos

El mexicano Isaac Fonseca, corneado por el último toro de la tarde, de 573 kilosEFE

Tarde dramática en Las Ventas, con dos percances muy impresionantes, dos matadores heridos: el madrileño Francisco Javier Espada, en el quinto, y el mexicano Isaac Fonseca, que ya había cortado una oreja, en el sexto. Además de sus dos toros, al francés Juan Leal le corresponde matar a los dos últimos.

El quinto, de Pedraza de Yeltes, la ganadería titular, hace floja pelea en el caballo y huye a la querencia de chiqueros. Francisco Javier Espada comienza la faena haciendo el poste, igual que había hecho en el segundo: eso demuestra firmeza pero no ayuda a dominarlo. Efectivamente, al comenzar la siguiente serie, el toro lo zancadillea, lo engancha por la pantorrilla, en el borde del vestido, lo voltea sobre el lomo y lo tira a la arena. Cae a plomo, sobre la cabeza, aparentemente sin sentido. Se lo llevan a la enfermería. Aunque el diestro quiere volver y se para la lidia un par de minutos, pronto se confirma que no está en condiciones. Según el parte facultativo, no lleva cornada pero sufre un fuerte «traumatismo craneoencefálico y occipital». Lo trasladan a la Clínica, para las pruebas oportunas.

Francisco José Espada, volteado por el quinto de la tarde

Francisco José Espada, volteado por el quinto de la tardeEFE

Espada ha sufrido un traumatismo craneoencefálico y occipital, según el parte médico

Según el parte médico, Espada sufre un traumatismo craneoencefálico y occipitalEFE

Bastantes compatriotas, con banderas que cuelgan de las barandillas, han arropado esta tarde al mexicano Isaac Fonseca. Después de una emocionante faena, rematada con una buena estocada, corta la oreja al noble tercero. Necesita otra para abrir la Puerta Grande; lógicamente, sale a por todas en el último, de Torrestrella, muy serio: sale abanto, da varias vueltas al ruedo, embiste con brusquedad. Lo lidia con acierto con el capote. Deja la montera sobre la barrera, en la puerta de la enfermería, como brindis al compañero herido: no podía imaginar que, muy poco después, también le iban a llevar allí a él. Sin probaturas, le da distancia, para aprovechar la inercia de las embestidas, y logra buenos muletazos. Para rematar la serie con el de pecho, corrige la posición, se coloca totalmente de frente: el toro embiste por alto con fuerza y lo empitona por la espalda, manteniéndolo un buen reto con el pitón por dentro de la chaquetilla. Cuando lo suelta, lo conducen a la enfermería, con gestos de dolor. El parte facultativo del Dr. García Padrós indica, en resumen, «herida en la cara posterior del hemitórax izquierdo con trayectoria ascendente de 20 centímetros. Pronóstico grave». Una vez operado, lo han trasladado a la Clínica.

Fonseca dejó la montera sobre la barrera y junto a la enfermería, como tributo al compañero herido

Fonseca dejó la montera sobre la barrera y junto a la enfermería, como tributo al compañero heridoEFE

Isaac Fonseca, en el momento en que el toro le engancha por la espalda

Isaac Fonseca, minutos después, cuando el toro le engancha por la espaldaEFE

Los dos percances han marcado duramente el final de la corrida pero debo añadir escuetamente algunos datos más. El francés Juan Leal es sobrino de Paquito Leal, fundador de la Escuela Taurina de Arles; se ha asentado en Sevilla, como Castella. Su toreo se basa en un valor que roza a veces la temeridad, y en el encimismo, en la línea ojedista.

Acude a porta gayola en el primero, que es noble pero distraído, como varios de sus hermanos. Comienza de rodillas, en el centro, y es arrollado, sin consecuencia, en un intento de arrucina. Para calentar al público, recurre a los circulares invertidos. Mata con su peculiar estilo, con un salto.

En el cuarto, también pasa momentos de apuro, cuando el toro le pone la zancadilla con la pata. El toro se desentiende, se para a mitad, y eso desluce todo: surge la división de opiniones. Entra a matar con decisión.

Lo mismo hará luego, en el quinto y el sexto, por los percances de sus compañeros.

Francisco José Espada, de Fuenlabrada, ya ha tenido triunfos y también cornadas en esta Plaza. El público madrileño lo espera. Tuvo una digna actuación en la corrida goyesca del 2 de mayo, con reses complicadas de El Montecillo.

Juan Leal con la muleta ante el cuarto de la tarde

Juan Leal, con la muleta ante el cuarto de la tardeEFE

Devuelto el segundo por flojo, el sobrero de Chamaco mansea y también flaquea; no plantea problemas pero no dice nada. Espada le saca algunos muletazos limpios pero sin emoción y mata a la segunda.

Isaac Fonseca, de Michoacán, se abrió camino como novillero en los cosos españoles «a sangre y fuego» (como el título del extraordinario libro de Chaves Nogales). Fue el ganador de la última Copa Chenel, en una tarde heroica, en la que, por percance de un compañero, tuvo que matar seis toros, aunque él también estaba herido. Coincidí con él en la radio hace un par de días y me contó algo que no todos saben: está toreando con una rotura de ligamento en la rodilla, que normalmente exigiría una operación quirúrgica, pero se ha negado, para no interrumpir la temporada: así es la casta de algunos toreros.

Ha vuelto a demostrarlo esta tarde. No es ningún loco, le funciona la cabeza. En el tercero, se produce algo insólito y hermoso, saludan los tres miembros de su cuadrilla: por una gran lidia, Raúl Ruiz; por las banderillas, Juan Carlos Rey y Tito. Comienza de rodillas en el centro: el toro obedece con nobleza. Dándole distancia, liga naturales suaves, cargando la suerte. Ha sido una faena técnica y emocionante; se le ve más reposado y maduro que la temporada anterior. Entra a matar de muy lejos, cosa que no comprendo, pero deja una buena estocada: oreja indiscutible.

Mientras daba la vuelta al ruedo, ha sonado una voz: «¡Que viva México!». Ese grito espontáneo es también el título de la película que allí filmó él gran director Eisenstein, después de El acorazado Potemkin y antes de Iván el Terrible. Quería reflejar –dijo– «el ballet dorado de las corridas de toros… el arte taurino en su expresión clásica». Para él, el toreo era «emblema del mestizaje hispano-mexicano». Así pensaba un genio del cine, un artista ruso, la cumbre del arte soviético. Pero ni todo eso servirá para que se entere de lo que es el toreo el ministro Urtasun

Le deseo la pronta recuperación a Isaac Fonseca y también a Francisco José Espada. Y repito, con Eisenstein y con el público de esta tarde: «¡Que viva México!».

FICHA

  • Madrid. Feria de San Isidro. Domingo 2 de junio. Dos tercios de entrada. Toros de Pedraza de Yeltes: en general, nobles pero distraídos. El 2º bis, sobrero de Chamaco, soso, sin emoción. Y el 6º, de Torrestrella, serio y brusco.
  • JUAN LEAL, de rosa y oro, estocada corta con salto (silencio). En el cuarto, estocada y descabello (aviso, silencio). Por herida de sus compañeros, mata también el quinto (pinchazo y estocada corta, silencio) y el sexto (dos pinchazos y estocada baja, silencio).
  • FRANCISCO JOSÉ ESPADA, de blanco y oro, pinchazo y buena estocada (aviso, silencio). Herido, en el quinto.
  • ISAAC FONSECA, de verde y oro, buena estocada (aviso, oreja). Herido, en el sexto.
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