Urtasun es el protagonista absoluto de los mayores disparates culturales de 2024
El ministro de Cultura ha protagonizado algunas de las noticias más lamentables de 2024 en el ámbito cultural
No hay duda de que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha sido uno de los grandes protagonistas de 2024, y no para bien, precisamente.
El izquierdista y catalanista al cargo de la cartera de Cultura se ha destacado en este año por su guerra a la tauromaquia, su sectarismo a la hora de repartir premios nacionales, su ignorancia más absoluta sobre la historia de España y su obsesión hispanófoba al promover una descolonización de los museos de un país que ni tiene ni ha tenido colonias.
Premio Nacional de Tauromaquia
Desde su llegada al ministerio, Urtasun ha hecho gala de una enfermiza obsesión contra la tauromaquia. Ante la imposibilidad de prohibir las corridas de toros, el ministro de Sumar se ha contentado con un premio menor: eliminar el Premio Nacional de Tauromaquia.
Además, anunció que intentará que el Congreso derogue la ley que protege la tauromaquia como patrimonio cultural.
Con todo, los esfuerzos del ministro parece que serán en balde: el Senado ya anunció que, en colaboración con las comunidades autónomas, se encargará de organizar y conceder el Premio de Tauromaquia a partir de 2025.
Sectarismo en los premios
El ministro Urtasun ha mostrado un enorme sectarismo a la hora de conceder los premios nacionales y las medallas de bellas artes.
Como se ha visto a lo largo de 2024, se ha concedido los premios privilegiando los criterios ideológicos frente a los artísticos.
Se ha premiado a creadores y artistas preferentemente de izquierdas, independentistas, que emplean lenguas cooficiales en su obra o alineados con el gobierno de PSOE-Sumar.
El Premio Nacional de Teatro fue para el Teatro del Barrio, cuna de Podemos y referente de la ultraizquierda cultural. El Premio Nacional de Poesía fue para Chus Pato, escritora feminista, comunista y nacionalista gallega.
El Premio Nacional de Narrativa fue para el escritor propalestino obsesionado con la ultraderecha Raúl Quinto y el Premio Nacional de las Letras fue para el escritor de referencia del sanchismo, autor en gallego e izquierdista Manuel Rivas, quien protagonizó una sonada polémica durante la campaña electoral de las pasadas gallegas al comparar la crisis de los pellets con la catástrofe del Prestige.
La última muestra de sectarismo de Urtasun a la hora de conceder premios tuvo lugar en el reciente anuncio de la concesión de las medallas de oro de Bellas Artes. Entre los galardonados hay, principalmente, escritores de izquierda, sanchistas, nacionalistas y feministas.
Tenemos a Elvira Lindo, a Eva Hache, a Aitana Sánchez-Gijón… Pero la máxima expresión de sectarismo la encontramos en la concesión de la medalla de Bellas Artes al escritor en lengua vasca de la órbita de Bildu Bernardo Atxaga.
Miguel Hernández
El sectarismo del ministro Urtasun (o su ignorancia, lo que sería peor) llegó al extremo de afirmar en un discurso público en el Ateneo de Madrid el martes 10 de diciembre que el poeta Miguel Hernández murió «asesinado por transmitir sus ideas».
Por mucho que se insista en que una mentira repetida mil veces termina convirtiéndose en verdad, lo cierto es que una mentira, mentira es, y la verdad es que Miguel Hernández, por trágica que fuera su muerte, no fue asesinado, sino que murió en una prisión en Alicante como consecuencia de varias enfermedades respiratorias y, en concreto, por una bronquitis y una tuberculosis.
Desprecio a los católicos franceses
Otro de los hitos de los despropósitos culturales de Urtasun este 2024 que termina fue su desprecio a los franceses al ausentarse, tal vez por alergia a una liturgia católica, de la ceremonia de reapertura de la catedral de Notre Dame.
El resurgir de uno de los mayores símbolos culturales de Europa no le debió resultar motivo suficiente al ministro español de Cultura para desplazarse a París. En lugar de ello, acudió a una función del circo.
Descolonización de los museos
Otro de los proyectos estrella del ministro Urtasun, suscitada por su sectarismo de izquierdas que actúa como motor de todas sus políticas, en este 2024 fue la descolonización de los museos nacionales, que dependen del Ministerio de Cultura.
El proyecto, que se ha impulsado de forma experimental en dos museos, el Museo de América y el Museo de Antropología, ha sido tal desastre que hasta el propio Urtasun se ha desentendido de los resultados y ha responsabilizado a un supuesto comité de expertos.
Lo cierto es que, los expertos de verdad, los que dan la cara con su nombre y apellidos, han puesto el grito en el cielo ante la absurdez de descolonizar los museos de un país que ni tiene ni ha tenido colonias y que sólo busca alimentar la leyenda negra antiespañola por motivos electoralistas.