«La batalla del Marne» de Ismael López Domínguez
«Cosas viejas, tristes y lejanas» e historiadores nuevos: el Marne, la batalla que lo cambió todo
Un volumen de buena historia militar donde se nos acerca a una de las batallas olvidadas más importantes de la Primera Guerra Mundial, por sus consecuencias en la manera de hacer y de entender la guerra.
A buen entendedor, pocas palabras bastan, y a quien guste la historia militar, sabrá a qué clásica obra se hace referencia en las primeras palabras del título. Son, en efecto, de John Keegan, quien en el primer capítulo de esa gran obra abordaba el porqué de la historia militar: esta libro es un buen porqué. Además, Keegan dedicaba el capítulo IV de dicha obra a la batalla del Somme. El Somme y Verdún: sin duda, las batallas más representativas de la Primera Guerra Mundial en el Frente Occidental, además de las más conocidas, y posiblemente por ello han sido las batallas que han copado los estudios de la guerra, los libros divulgativos y, sobre todo, la cinematografía ambientada en la primera conflagración mundial.
Pero estas batallas tuvieron lugar en el año 1916, cuando el conflicto llegaba a su segundo año. ¿Qué ocurrió antes? En muchas ocasiones los documentales, artículos divulgativos o películas sobre la Gran Guerra dan la sensación de que desde el estallido del conflicto, con el ataque del Imperio austrohúngaro a Serbia el 28 de julio de 1914, hasta estas dos grandes batallas de 1916 no hay nada, solo se deja un vacío. Con este libro, Ismael López viene a recordar que es un error: 1914 y el Marne existieron y, para más inri, fueron fundamentales.
Si no se entiende la batalla del río Marne no podrá entenderse la evolución de la Primera Guerra Mundial en el Frente Occidental
¿Quién no recuerda ese famosísimo fotograma del coronel Dax, (Kirk Douglas) en la inmortal película de 1957 Paths of Glory («Senderos de gloria»), caminando con rostro severo por una trinchera? ¿Qué casco llevaba? Un casco M15 Adrian, introducido en el ejército francés en 1915. ¿Y los uniformes? Los de tonalidad monocolor Bleu horizon («azul horizonte»), que se introdujeron también en 1915. En comparación con estas imágenes, las de la primera batalla del Marne, solo un año anterior, parecerían tomadas en cualquier campaña del siglo XIX por su aspecto: los quepís, el uniforme con el idiosincrático pantalon rouge garance…
¿Qué queremos decir con esto? En primer lugar, que en la mentalidad popular, la imagen que se tiene de la Primera Guerra Mundial, especialmente de los ejércitos francés y alemán –en menor medida del británico–, parte de 1915, y no digamos ya de lo que se pueda conocer acerca de las operaciones militares más allá de la guerra de trincheras, donde poco más puede encontrarse que el cuasi mítico «Plan Schlieffen» (¿existió realmente –se plantea el autor– dicho plan?).
En comparación con imágenes posteriores de la Gran Guerra, las de la primera batalla del Marne parecerían tomadas en cualquier campaña del siglo XIX por su aspecto
En segundo lugar, que todos estos cambios se introdujeron a la luz de una situación totalmente nueva, que se evidenció a finales del verano y comienzos del otoño de 1914, teniendo como punto de partida la fundamental primera batalla del Marne (5-12 de septiembre de 1914). De todo esto (uniformes, planes operacionales, táctica, armamentos, organización y logística, etc.), su evolución y cambio nos habla el autor, joven especialista en la historia militar de la Primera Guerra Mundial cuyo trabajo sorprende por su solvencia, gran conocimiento del tema y la seriedad en la ejecución, además de ágil escritura.
Es sorprendente cómo los primeros compases de la guerra y los personajes que en ellos participaron fueron los que realmente determinaron el carácter que tomaría el conflicto. Y no debe caber ninguna duda de que si no se entiende la batalla del río Marne (las doctrinas militares que condujeron a ella, la mentalidad de los respectivos Estados Mayores, el desarrollo de la misma batalla, etc.) no podrá entenderse la evolución de la Primera Guerra Mundial en el Frente Occidental. Ejércitos, cuerpos de ejército, divisiones, regimientos, batallones; infantería, artillería, caballería; Joseph Joffre, sir John French, Helmuth von Moltke, etc. Sin duda, es una buena noticia para los amantes de la historia militar de la Primera Guerra Mundial.
Cabe señalar, por último, que a lo largo de la obra encontramos un buen número de fotografías y mapas, además de ilustraciones, y una bibliografía final ofrecida por el autor que es muy de agradecer. El diseño de portada no es el ideal, con una ilustración que no hace justicia a la seriedad del contenido (aunque nunca hay que dejarse llevar por las portadas), pero sí conviene señalar que los mapas de operaciones en blanco y negro resultan muy poco prácticos, amén de la cartografía fundamental de la Gran Retirada, la batalla de los Dos Morins o la batalla de las Marismas de Saint-Gond, que si bien se presentan en color, al ser de doble página el centro no deja ver algunos cuerpos, movimientos y localidades. Dicho esto, La batalla del Marne resulta, en cualquier caso, una lectura muy recomendable.
HRM Ediciones / 412 págs.