Amenazan de muerte a una jugadora de voleibol universitario por denunciar la participación de atletas trans
El voleibol femenino universitario estadounidense está en un momento de gran tensión después de que Brooke Slusser denunciara la participación de hombres biológicos
Dos victorias de una atleta trans vuelven a generar polémica en el deporte femenino
nueva polémica por la participación de atletas trans en el deporte femenino. En esta ocasión es el voleibol universitario de Estados Unidos quien se está enfrentando a este problema que impide que las deportistas compitan en igualdad de condiciones. El partido de entre la Universidad Estatal de San José y la Universidad Estatal de Colorado estuvo vigilado por varios policías armados después de que Brooke Slusser, de San José, recibiera varias amenazas de muerte.
El motivo fue que la jugadora norteamericana apoyó la exclusión de las deportistas trans de las categorías femeninas. En concreto, se adhirió a una demanda contra la NCAA (Asociación Nacional de Atletismo Universitario) por permitir a hombres competir en deportes universitarios femeninos. La demanda, respaldada por el Consejo Independiente del Deporte Femenino (ICONS), acusa a la NCAA de no respetar el estatuto federal que garantiza la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
A esta demanda se han unido grandes nombres del deporte estadounidense como a 12 veces All-American nadadora y presentadora de OutKick Riley Gaines, la atleta olímpica Reka Gyorgy y la bicampeona de la NCAA Kylee Alons. Sin embargo, que lo haya hecho Slusser tiene un significado especial.
Slusser, cocapitán del equipo de San José, es compañera de equipo de Blaire Fleming, un hombre transgénero que intentó ocultar su sexo biológico a sus compañeras de equipo. Antes de trasladarse a San José, Fleming jugaba en el equipo femenino de voleibol de Carolina del Sur para la Coastal Carolina University pero se marchó a California justo antes de que se aprobara en el estado la Ley para Salvar los Deportes Femeninos, que le habría prohibido seguir jugando en equipos femeninos .
Crisis dentro del equipo
La denuncia de Slusser ha supuesto una gran crisis en el vestuario, puesto que la decisión que ha tomado la jugadora afecta realmente a su equipo. No obstante, ella afirma que no le costó tomar la decisión y que hizo lo que consideraba justo. «Fue una decisión fácil unirme porque es algo en lo que realmente creo», confesó en una entrevista a OutKick, donde también aseguró que la mayoría de sus compañeras la apoyaron: «El 99 % es cariño y ánimo».
Aun así, la seguridad en los partidos de su equipo se ha tenido que aumentar porque el 2 de octubre, una de sus compañeras de equipo recibió en Instagram una amenaza de muerte a Slusser. Al ver el mensaje, la propia Slusser se puso en contacto con la policía de Fort Collins para pedir seguridad, por lo que varios agentes se desplazaron al partido que jugó ante la Universidad Estatal de Colorado.
«Cuando me mostraron la amenaza, fue una sensación de inquietud. Porque todo lo demás que he recibido hasta ahora, si no es para apoyarme, son simplemente… mensajes de odio, básicamente. Es gente detrás de sus pantallas diciendo cosas odiosas que no significan nada para mí», dijo Slusser. «Pero al leerlo, al principio me dio escalofríos, porque se trata de alguien que amenaza con hacerme daño físicamente», explica.
Eso sí, Slusser reconoce que la atención que ha recibido desde que se unió a la demanda de la NCAA está siendo estresante, pero que aun así se mantiene firme en su decisión y no se deja intimidar por la amenaza.
«No es algo por lo que esté estresada o nerviosa, porque estoy haciendo lo correcto. En el fondo, pienso que esto es lo correcto, y creo que mucha gente está de acuerdo», concluye.