Inglaterra sigue seca de ideas pero consigue quedar primera y evita los cocos hasta la final

Se presentó al partido Inglaterra sabiendo que una victoria les mandaba por el lado más débil del cuadro. El empate de Francia ha provocado que quede segunda y eso ha despejado mucho la parte de abajo, justo donde ha caído el líder del grupo C.

Ni por esas los Three Lions han sido capaces de firmar un encuentro decente y han despachado un horror en el que empataron a nada. Afortunadamente para ellos, la suerte volvió a estar de su lado y el empate a cero que también se ha dado en el otro partido del grupo (Dinamarca - Serbia) les ha valido para ser primeros y tener un camino de rosas hasta la final. Veremos que terminan haciendo porque jugando así será difícil que avancen.

No estaba por la labor Eslovenia de poner las cosas fáciles a los de Southgate. El mazazo que recibieron después de que Serbia impidiese en el último minuto su clasificación histórica a los octavos ya estaba olvidado y eran conscientes de que incluso empatando estarían en octavos. Por eso, su plan era claro, intentar que no sucedieran cosas y si en algún momento se daba la oportunidad salir a la contra para dar el golpe.

Le salió a pedir de boca la táctica a la selección de Matjaž Kek durante la primera parte. No se vio fútbol, no hubo ocasiones y ni siquiera se perdió tiempo (cero minutos de añadido). Nada de nada, Inglaterra tenía la pelota y estaba igual de espesa que en los partidos anteriores y Jan Oblak apenas tuvo que intervenir.

Lo único destacable de esta primera parte fue un gol anulado a Saka por fuera de juego. Inglaterra dibujó su mejor jugada en lo que va de torneo, pero Foden, que fue quien dio la asistencia al jugador del Arsenal, estaba ligeramente adelantado a la hora de recibir el balón y nada de lo que pasó después valía. Mazazo duro para Foden que estropeó un gol cantado y después lo intentó arreglar con un tiro lejano que no sorprendió a Oblak.

Salió Inglaterra de los vestuarios con la idea de imprimir mayor ritmo al juego. Con el equipo a medio gas no iba a dar para ganar y les tocaba subir varias marchas y buscar la forma de derribar el muro esloveno, que se defendía con uñas y dientes a sabiendas de que estaban a tan solo 45 minutos de hacer historia para su país.

El choque pasó a ser un monólogo inglés aunque seguían sin crear peligro. Los de Southgate ganaron metros y hundieron en su área a los eslovenos, pero los minutos pasaban y seguía sin pasar gran cosa. Bellingham y Foden trataban de activar a los suyos aunque si grandes ideas. La espesura era tremenda.

Un castigo para el espectador neutro

Ni los cambios que introdujeron ambos países cambiaron un poco el guion del partido. Es cierto que la papeleta para Inglaterra no era sencilla, pues su rival no tenía ninguna intención de jugar y estaba deseando que el árbitro pitara el final. No obstante, los Three Lions volvieron a defraudar y nunca encontraron la manera de meter miedo a Eslovenia. El gol no se mascaba y daba la sensación de que o llegaba en una jugada aislada o no llegaría.

Finalmente ocurrió lo segundo. No hubo manera de que Inglaterra batiese a Oblak, pero es que ni siquiera lo probaron hasta el descuento, cuando Palmer probó fortuna con un tirito que blocó el meta del Atlético de Madrid sin despeinarse.

Así acabó el partido. Dejando contentas a ambas, pues están en octavos, pero con Inglaterra con más dudas que ayer, que ya es difícil. Los de Southgate no convencen a nadie pero la suerte ha vuelto a estar de su lado. Lado fácil y sin ningún gran rival en su camino. Por cierto, este empate provoca que Croacia ya esté matemáticamente eliminada.