Inglaterra se contagia del ADN Real Madrid y salva los muebles en un duelo cardíaco

En el minuto 94, Inglaterra había bajado los brazos y sus aficionados empezaron a asumir que el ciclo de Gareth Southgate al frente de los Three Lions había llegado a su fin. Hubiera sido lo mejor para todas las partes. Pero Inglaterra activó el ADN Real Madrid (literalmente) y sacó adelante un partido que de no ser por Jude Bellingham y Harry Kane, sus dos mejores futbolistas, se había puesto cuesta arriba. Los ingleses respiran tranquilos y podrán seguir cantando el clásico 'It's coming home' que suena allá por dónde van (2-1).

Inglaterra dejó muchas dudas en la fase de grupos. Los de Gareth Southgate estuvieron muy por debajo de las expectativas y las críticas resonaron con aún más fuerza. Eran lógicas. Los ingleses tienen una gran plantilla y ante rivales menores como Dinamarca, Eslovenia y Serbia no fueron capaces de demostrar esa superioridad futbolística. Los Three Lions decepcionaron.

La mejor noticia para la selección inglesa fue el acabar primera de grupo. Dicha posición le permitió cruzarse en octavos contra Eslovaquia, una selección a priori asequible, pero con un par de armas de lo más peligrosas. No convenía confiarse e Inglaterra se dio cuenta de las mismas desde el principio. Ambas selecciones saltaron al césped del Veltins Arena de Gelsenkirchen con mucha energía y dejaron claro que querían ese billete para cuartos de final.

En los primeros minutos, se vio una mejor versión de Inglaterra. Los de Southgate enlazaron un par de jugadas con un fútbol de lo más vistoso, pero no estaba siendo capaz de poner en apuros a un portero veterano como Martin Dubravka. En el caso de Eslovaquia, la estrategia era clara. Los de Francesco Calzona cuentan con futbolistas rápidos capaz de romper al espacio y aprovecharon esa condición para montar contraataques y poner en aprietos a Jordan Pickford.

Ese dinamismo eslovaco se mantuvo y en el 25' de la primera parte, llegó el premio. El sorprendente Schranz dio continuidad a su buena Eurocopa, aprovechó un pase medido de Strelec y consiguió poner por delante a su selección con una definición fantástica. Malas noticias para los ingleses.

Estaba saltando la sorpresa en Gelsenkirchen. Nadie se imaginaba algo así. Una de las favoritas estaba cayendo contra la selección número 45 del ránking FIFA. Algo tremendo. A los ingleses les tocaba remontar un partido que se les había puesto cuesta arriba. La buena noticia es que todavía quedaba tiempo por delante.

Para buscar la remontada, Inglaterra tenía que aferrarse a la mejor versión de Jude Bellingham y de Harry Kane, pero el problema es que no estaban nada inspirados. Y cuando eso pasa mal asunto. Se llegó al descanso con pitos por parte de los aficionados ingleses presentes en el estadio del Schalke 04.

El descanso le sentó bien a Inglaterra. Gareth Southgate tuvo tiempo para analizar la situación y los futbolistas ingleses salieron a la segunda parte con un punto más de ímpetu. El resultado era adverso y no había tiempo que perder.

Esa mejoría se notó desde el principio y Phil Foden consiguió marcar el gol del empate. Los aficionados ingleses se volvieron locos, pero el VAR dijo que el futbolista del Manchester City estaba ligeramente adelantado y el gol no subió al marcador. Tocaba seguir remando.

Eslovaquia estaba firmando un partido muy serio. Sabían que tenían una oportunidad inmejorable para hacer historia y defendieron como jabatos. Dos veteranos de guerra como Milan Skriniar y Denis Vavro estaban frenando el talento ofensivo de grandes estrellas del fútbol mundial como Jude Bellingham, Harry Kane y Phil Foden.

Los eslovacos estaban jugando su partido. Cada vez que podían, se tiraban al suelo para perder tiempo. Fútbol táctico en estado puro. Los ingleses se estaban empezando a desesperar y eso no era lo que más les convenía. Al final, en torneos como la Eurocopa hay que saber mantener la compostura e Inglaterra no lo estaba haciendo.

El tiempo se le empezaba a acabar a Inglaterra. Llegaban al área con facilidad, pero la mala suerte se estaba cebando con los de Gareth Southgate. En una jugada rocambolesca, Harry Kane se quedó a nada de marcar el 1-1, pero su tiro se fue directo al palo. Cuando todo estaba perdido y los eslovacos empezaron a cantar victoria, Jude Bellingham sacó el ADN Real Madrid para marcar un golazo tremendo y sacarse de la chistera una chilena de auténtico fuera de serie. El del inglés fue uno de esos goles que pueden definir el próximo Balón de Oro.

Prórroga

El tardío gol de Bellingham llenó de moral a Inglaterra y los de Southgate necesitaron tan solo un minuto en la prórroga para darle la vuelta a un partido que tenían perdido. Harry Kane anotó el 2-1. El fútbol es mágico por cosas como estas. La grada inglesa era una auténtica fiesta y la luz se le apagó a una Eslovaquia que luchó hasta el final.

El ritmo del encuentro bajó. Inglaterra había conseguido el objetivo y lo que menos le interesaba era perder balones. Los de Gareth Southgate jugaron con un punto más de pausa. No había prisa. Y lo que hizo el seleccionador inglés fue meter cambios para dar descanso a los titulares. Bellingham y Kane estaban fundidos y ya no podían dar mucho más.

Inglaterra consiguió aguantar y logró el pase para los cuartos de final de la Eurocopa, ronda en la que espera Suiza, la selección que eliminó a Italia en octavos de final. Eso sí, a Inglaterra no le conviene volver a relajarse porque el combinado helvético va en serio.