Qatarí que te viTomás Guasch

Marina es cosa fina y Craviotto, un policía fiable: además…

Saúl, policía y catalán, dio la nota positiva en un día policialmente ‘raro’ en España. Qué papelón los ‘mossos’, ya saben…

Actualizada 22:10

Marina Terré Martí, obligado lo de Martí porque ¡viva la madre que la parió!, entró en la leyenda de nuestros guardametas de todos los tiempos y todos los deportes. Desde don Ricardo Zamora hasta ella, la última heroína.

Ramallets, Iríbar, Arconada, Perramón, Lorenzo Rico, Trullols, Pérez de Vargas, Barrufet, Silvia Navarro, Mariví González, Laura Ester, Rollán… Y tantos. Y Casillas, claro. La parada de Marina fue ante Países Bajos, o sea la Holanda de toda la vida. Robben, ¿eh? La vi tirarse, parar y pensé: España-Holanda, el portero otra vez. No es casualidad.

Una semifinal con todo. 6-1 arriba, empate, 6-1 abajo, empate, penaltis. Una locura. Y seamos, justos, Marina es cosa fina… y sus compañeras también. Bea Ortiz, Elena Ruiz, Judith Forca y Paula Crespí fueron anotando sus lanzamientos mientras el fenomenal resto de la tropa apretaba labios, puños, orejas…. Tirando después del rival, que los iba clavando todos.

Llegó el cuarto y el gran Miki Oca decidió el cambio clave: puso a la ‘Pajarito’ Laura Ester, otra grandísima, y le dio aire a Marina. Laura no pudo detener el misil naranja y volvió Marina. 4-4, quinto de la serie holandesa.

La parada fue descomunal, legendaria. «Sleeking tira abajo, pero fui ahí por intuición» dijo después Marina la Fina. Maica, la Maica García de toda la vida, transformó el quinto nuestro. ¡España estaba en otra final olímpica!

Escrito lo dejé hace unos días: el súper equipo español en estos Juegos es el de waterpolo femenino. ‘Voilà’. Además, oigan, cómo hablan, analizan los partidos, las situaciones de cada momento. Saben ganar y perder, lo cual es complicado cuando se pierde poco. En todo son un ejemplo, ¿verdad? Pues eso.

Y como esperábamos, Saúl Craviotto subió al podio. Cinco Juegos, seis medallas, el más laureado de los nuestros. Desempató a Cal, ambos con cinco. Oro en Pekín, plata en Londres, Oro y bronce en Río, plata en Tokio y bronce en París. 2-2-2, surtidito, como las galletas. Un fenómeno fenomenal de la piragua. A su lado, Arévalo, el abanderado Cooper y Germade. Moreno y Domínguez también completaron la fiesta con el bronce en C2 500.

Saúl, policía y catalán, dio la nota positiva en un día policialmente ‘raro’ en España. Qué papelón los ‘mossos’, ya saben… Su éxito debió ayudar a sus colegas de bien -abochornados están- a apechugar el momentazo que les obligaron a vivir. No, a los mandos no: a esos, de uniforme o de trajecito, no les salva nada ni nadie. Jamás se ha visto cosa igual. ¡Qué espectáculo!

Total, deportistas españoles enorgulleciéndonos a todos en la victoria y en la derrota -dolorosísimas todas y mucho la de Xammar y Brugman-, mientras unos políticos de quinta regional sumen al país en una vergüenza inenarrable. Habría que organizar unos juegos para ellos: los de los espantosos. Faltarían medallas.

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