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17 de septiembre de 2024

Análisis económicoJosé Ramón Riera

La agricultura y las actividades dan marcha atrás con la construcción parada

En una crisis como la del 2008, nos costó remontar vuelo seis años y, tras la pandemia, fuimos la peor economía de la Unión Europea

Actualizada 04:30

Hoy quiero mostrar otra forma de analizar el PIB, que pasa por analizar su composición por el lado de la oferta; esto es, los sectores económicos en los que se divide la economía.

Por el lado de los sectores económicos, se dividen en tres grandes grupos: el sector primario, compuesto por agricultura, ganadería, silvicultura y pesca; el secundario, donde se engloba la industria y la construcción; y los servicios que, con diferencia, es el sector por el que es más fácil apostar a pesar de que crea empleos de baja cualificación.

Cuando el sector secundario crece –como es el caso de Alemania–, la economía se vuelve robusta y genera más empleo y de mayor calidad. Este país tiene un paro del 3,4 % cuando la media de la UE se encuentra en el 6 %, mientras que en España tenemos, oficialmente, un 11,5 %, pero realmente superamos el 14,5 %.

Cuando el PIB se mantiene gracias al sector terciario o de servicios, las economías que crecen lo hacen frágilmente, con alto volumen de desempleo y, desde luego, con masas salariales más bajas que los países industrializados con un potente sector secundario.

El sector primario español, en términos nominales, ha supuesto en el segundo trimestre un ridículo 2,2 %. La industria un 14,6 % (cuando en Alemania supera el 24 %) y la construcción un 11,6 %. Los servicios son un todopoderoso sector económico de nuestro país con un 69,1 %.

Pero veamos cómo ha crecido nuestra economía, siempre con las reservas ya mencionadas en anteriores artículos, de que hay muchas incógnitas en la realidad del crecimiento de nuestra economía.

Luis Planas, que pasa por ser un buen técnico, está totalmente incapacitado para llevar el Ministerio como demuestra que este sector, desde que está él, ha caído más de un 17 % en valor de producción y, en este trimestre, vuelve a desplomarse un 1,15 %. El índice con base 100 en 2015 nos dice que la agricultura está en 13 puntos por debajo en comparación con hace 9 años y medio.

La industria queda casi en la mitad que el crecimiento del PIB con el 0,45 % y la construcción se encuentra en encefalograma plano con un casi nulo 0,08 %. Desde 2015 solo ha crecido un 3,7 %.

Los servicios son los que sostienen el crecimiento del PIB con un 0,94 %, sobre todo los sectores relacionados con el Turismo que crecen, como en el caso del comercio y hostelería, un 2,81 % y, en el caso de las actividades recreativas, un 2,6 %.

Las actividades inmobiliarias, en pleno problema de necesidad de viviendas, retrocede en un 2,5 % y demuestra la falta de interés del Estado por resolver un problema acuciante.

Tenemos una economía que huele muy mal. En una crisis como la del 2008, nos costó remontar vuelo seis años y, tras la pandemia, fuimos la peor economía de la Unión Europea. Todavía estamos pagando el desastre económico que se nos generó en esa época.

Pero lo peor de todo es que no hay un Plan España, sino un Plan cómo me mentengo en la Moncloa y nadie en la oposición tiene pensado qué va a hacer los primeros 100 días de Gobierno, en el primer año y los primeros 1.000 días, donde ya tendría que haber resultados.

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